La foto que fue difundida en un portal de moda ruso, aparece la promotora de arte Dasha Zhúkova sentada en una escultura que representa a una mujer negra vestida con ropas sadomasoquistas tumbada boca arriba y con las piernas echadas hacia atrás.
La publicación, que coincidió con el Día de Martin Luther King, dio pie a discusiones tanto en las redes sociales como en medios de comunicación, sobre los límites morales del arte moderno y sus patrocinadores.
En Twitter inmediatamente apareció el hashtag #racistchair respecto a la obra del artista noruego Bjarne Melgaard.
Ante la indignación de numerosos internautas, el medio pidió disculpas en el caso de que la publicación pudiera haber ofendido a alguien: “Nos oponemos al racismo, la desigualdad o cualquier acto que infrinja los derechos del individuo”.
En tanto, el autor de la obra señaló: “Consideramos esta foto como extraordinaria. Aplaudimos tanto a la sentada como al asiento. La [mujer] sentada, ahora en la era del Antropoceno, en medio de enormes obscenidades reales que amenazan nuestra existencia, refleja una civilización que no está muriendo, sino que ya está muerta. Pongan su indignación patas arriba”.