En el video diversos parlamentarios de oposición se refieren -entre otras cosas- a cómo el gobierno, a juicio de ellos, terminaba discriminando a algunos jóvenes, no resultando beneficiados por la gratuidad a causa de la institución en la que estudian.
Redacción
Ante la exigencia de 4 años de acreditación de los planteles universitarios, el gobierno estaría esbozando un plan para “reforzar” a la UTEM, la Universidad de Los Lagos y la Universidad Arturo Prat, para que alcancen el estándar mínimo.
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Camila Rojas instó a "sumarse a todos quienes se han visto decepcionados por la absurda reforma" del Gobierno, la "que no se ha hecho con la seriedad que se requiere".
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El rector de la Universidad de Chile precisó además que “no vamos a aceptar que se hagan mecanismos diferenciados en función de la acreditación o cualquier otro criterio”.
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"Encontraremos la fórmula más adecuada para no discriminar unas instituciones de otras, pero, como digo, esto va a depender también del fallo del Tribunal Constitucional", agregó.
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El gobierno, al impulsar una ley corta para poder llevar adelante este beneficio para el próximo año, dejaría a la Universidad de Los Lagos, la Universidad Tecnológica Metropolitana (Utem) y la Universidad Arturo Prat a causa de que todas tienen menos de cuatro años de acreditación
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El Ejecutivo buscaría rescatar esta promesa del 21 de mayo a través de una ley corta y un acuerdo transversal en el Congreso. Así, se deberían hacer cambios a la glosa presupuestaria. Una de las condiciones que deberían cumplir los planteles de educación superior es contar con cuatro años de acreditación y no tener vínculos con entidades que tengan fines de lucro.
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Tras la reunión de este domingo, donde se analizaron los primeros antecedentes del Tribunal Constitucional, el Ejecutivo, a través de sus ministros, comunicó que las universidades del Consejo de Rectores “de todas maneras” recibirán aportes del Estado.
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Los ministros se reunirán en la casa de Adriana Delpiano con el fin de entregarle lo antes posible a Michelle Bachelet las mejores alternativas sobre este tema.
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¿Si hay universidades malas, por qué siguen abiertas?, es el argumento que entre líneas se lee del deseo arbitrario.
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