Raúl Meza desliza la posibilidad de que la instrucción hubiera venido del gobierno.
Redacción
La misa fue dirigida por los padres Mariano Puga y Fernando Montes.
Hernán Melgarejo
El senador de la UDI, Hernán Larraín, hizo una serie de tuits apoyando a quienes pidieron perdón y criticando a los que protestaron contra la ceremonia.
Hernán Melgarejo
Que un condenado por crímenes de lesa humanidad pida perdón, sólo puede ser considerado como un gesto honesto, si la petición es acompañada de la disposición a informar, aportar, ayudar en la investigación de millares de asesinatos, torturas y secuestros que aún no se esclarecen y de cuerpos que no encuentran. Por sobretodo, pedir perdón, no puede venir amarrado a la espera de algún beneficio. El que está realmente arrepentido, sabe que debe pagar por lo hecho.
Columnista
Según el sacerdote, "tienen una mirada política y los comprendo, porque están heridos por la atrocidad de la gente cercana a ellos, a la que mataron, torturaron y desaparecieron. Y han perdido toda posibilidad de lograr una sociedad en que puedan reencontrarse".
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Desde la entidad enfatizaron en que en nuestro país “debe seguir haciendo esfuerzos por obtener realmente verdad, justicia y reparación”.
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Consultado sobre la presencia en esta ceremonia de sacerdotes como Fernando Montes y Mariano Puga, el obispo auxiliar explicó que "actúan en función de su labor pastoral y quieren colaborar en eso. Pero no hay una lectura de favorecer la impunidad, ni menos de dar libertad a quien ha cometido crímenes de lesa humanidad".
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Este viernes en el recinto penal, donde se encuentran recluidos diversos condenados por violar los Derechos Humanos, sostendrán una ceremonia en la que supuestamente pedirán una suerte de disculpas colectivas. Ni siquiera todos los internos están de acuerdo.
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"Va a haber un gesto que me parece lleno de esperanza, de que se pueda iniciar un paso de perdón y reconocimiento en este país tan dividido por el atropello a los derechos humanos", agregó.
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La polémica iniciativa de los presos ocurre coincidentemente en momentos en que se discute la posibilidad de dejar en libertad a quienes padecen enfermedades graves o terminales.
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