La investigadora Natália Kamodyová, de la Comenius University en Bratislavia, reunió a doce parejas cuyas muestras de saliva recogió luego de que estas se besaron durante dos minutos de forma apasionada.
Las muestras, que se recogieron en intervalos hasta una hora después de los besos, mostraron rastros de ADN masculino en la saliva de las mujeres, al detectarse la presencia de cromosomas Y en ese fluido.
Este descubrimiento, afirma la investigadora en la revista “New Scientist”, podrá permitir la identificación de los perpetradores de delitos sexuales, lo que ayudaría en las pericias forenses.