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Y no fue WikiLeaks: Revelan registro de descargas de pornografía desde El Vaticano

Algunos nombres como “RS77_Episode 01″, no decían mucho, pero otros como “Tiffany Starr & Sheena Shaw”, despertaron algunas suspicacias que los llevaron a comprobar que se trataba de videos para adultos.

En medio de las revelaciones de WikiLeaks sobre el supuesto apoyo de Giovanni Benelli, secretario de Estado Vaticano  Sustituto de la Santa Sede en 1973, a la Junta Militar chilena y los casos que antecedieron a la renuncia de Benedicto VI, un nuevo dardo vuelve a apuntar contra Roma.

Esta vez se trata de un registro de descargas del sitio TorrentFreak que siguió las direcciones IP de los computadores del Vaticano, que además de revelar las series de ficción favoritas que ahí se ven consignó la baja de archivos XXX que, en proporción a la baja población del Estado eclesiástico, demuestran que el flujo no es menor.

De acuerdo con la información difundida por Bío Bío,  los archivos  más enlazado por los usuarios en el Vaticano eran series de televisión estadounidenses, como “Chicago Fire” y “The Americans”, que estaban siendo descargados de manera ilegal.

Pero lo que llamó la atención de los investigadores fue algunos computadores tenían una alta cantidad de descargas “extrañas”. Algunos nombres como “RS77_Episode 01″,  no decían mucho, pero otros como “Tiffany Starr & Sheena Shaw“, despertaron algunas suspicacias que los llevaron a comprobar que se trataba de videos para adultos.

Pese a destapar la noticia, TorrentFreak  no identificó los  enlaces directos de las descargas correspondientes, pero sostuvieron que quienes estaban interesados, “siéntase libres de hacer sus propias indagaciones usando los títulos que les mostramos”.

/TorrentFreak

/TorrentFreak

 

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Dicho eso no pretendo evangelizar a nadie. No vengo a dictar cátedra ni a levantar un tótem. Simplemente me animo, en este momento del año tan dado a los balances, a hablar de un disco. No el disco. Mi disco. El que, sin avisar, fue compañía, refugio y espejo. En mi caso, ese viaje personal tuvo nombre propio: Twilight Override, de Jeff Tweedy.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen