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Los efectos de la apertura: Vacuna cubana contra el cáncer será distribuida en EEUU

Los avances de la medicina cubana estarían próximos a salir de la isla, lo que beneficiaría a muchos enfermos de cáncer que deben enfrentar costosos tratamientos.

En el año 2011 Cuba anunció la creación y entrada en funcionamiento de una vacuna que permitiría combatir el cáncer pulmonar. Este medicamento se presentó con el nombre de CimaVAX-EGF.

Esta vacuna, que permite contener las tumoraciones que produce dicha enfermedad, hasta el momento solo está disponible para la población cubana, algo que estaría pronto a cambiar.

Según Wired, los gobiernos de Estados Unidos y Cuba estarían en conversaciones, para permitir que ingrese la vacuna a territorio estadounidense, esto luego de que logre traspasar los protocolos de la Food and Drg Administration (FDA).

Así se espera que en un plazo máximo de ocho meses  se realicen  los estudios finales para su distribución, estimando que en un año estén los resultados de los estudios que permitan iniciar su distribución.

Cuba es uno de los países más adelantados del mundo en la investigación contra el cáncer, esto a pesar del embargo económico que impuso Estados Unidos.

La vacuna creada por Cuba, se diferencia de otros medicamentos ya que no previene la generación de cáncer pulmonar, sino que esta ataca directamente a una proteína que producen los tumores, generados por esta enfermedad. La cual al llegar a la sangre contamina el sistema circulatorio.

Por eso más que una medicina curativa, la acción de la vacuna es más bien de contención, ya que evita que nuevas tumoraciones aparezcan y hagan metástasis.

Además la vacuna tiene un costo de producción bajísimo, alrededor de un dolar por aplicación, con un promedio de seis meses más de vida en cada paciente tratado.

 

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Dicho eso no pretendo evangelizar a nadie. No vengo a dictar cátedra ni a levantar un tótem. Simplemente me animo, en este momento del año tan dado a los balances, a hablar de un disco. No el disco. Mi disco. El que, sin avisar, fue compañía, refugio y espejo. En mi caso, ese viaje personal tuvo nombre propio: Twilight Override, de Jeff Tweedy.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen