Un nuevo estudio publicado en Progess in Cardiovascular Disease, señala que las horas que se corran, multiplicadas por siete, se sumarán a la esperanza de vida.
Pero esta investigación no es la única. El Cooper Intitute explica que si un corredor habitual realiza dos horas diarias de trote durante 40 años, habrá invertido cerca de 6 meses, lo que se traduce en 3,2 años de vida.

Sin embargo, esto no sería una fuente de la eternidad, ya que según explica Duck-chul Lee, profesor en la Iowa State University, el aumento de vida que han observado no supera los 3 años. De igual manera, han registrado que las muertes prematuras en corredores habituales diminuye en un 40% y los ataques al corazón en un 25%.