El encarcelamiento del ex presidente Nicolas Sarkozy ha desatado una ola de tensión en la prisión de La Santé, en París, luego de que tres reclusos del penal fueron puestos bajo custodia estricta tras difundirse videos en redes sociales donde realizaban amenazas de muerte al ex mandatario, que cumple una condena de cinco años por financiación ilegal de campaña y corrupción.
Según informó el diario Libération, las autoridades reforzaron las medidas de seguridad alrededor de Sarkozy, al mismo tiempo que en los videos que circularon ampliamente en internet mostraban varios internos lanzando amenazas explícitas. En uno de ellos, un recluso grita: “Sarko, está ahí mismo, en una zona aislada. Está solo en su celda. Y lo sabemos todo: vamos a vengar a Gadafi… Devuelvan los miles de millones de dólares“.
Las grabaciones también aluden a Ziad Takieddine, extraficante de armas libanés y presunto intermediario entre Muamar Khadafi y Sarkozy, quien murió este año en circunstancias misteriosas mientras huía de la justicia.
“¡Oh, Sarko, hijo de p…, despierta! Mataste a Muamar el Gadafi“, se escucha en otros registros de noche.
Tras la difusión de los videos, la policía allanó las celdas implicadas e incautó dos teléfonos. “La fiscalía de París ha abierto una investigación por amenazas de muerte, que se ha encomendado al tercer distrito de la policía judicial. Los tres reclusos que se encontraban en la celda han sido puestos bajo custodia policial”, informaron las autoridades a Europe 1.
Sarkozy, ingresado en La Santé esta semana, se convirtió en el primer jefe de Estado francés encarcelado desde la Segunda Guerra Mundial. Su reclusión se desarrolla en aislamiento: ocupa una celda de nueve metros cuadrados, sin contacto con otros internos, y solo sale una hora al día para caminar en solitario por el patio.
El caso ha provocado reacciones políticas inmediatas. Marine Le Pen, líder del Agrupamiento Nacional, compartió en redes uno de los videos de las amenazas junto a un texto: “No me cabe duda de que algunos deben estar encantados con esta situación. Pero quiero creer que millones de franceses sienten, como yo, asco“.