Secciones
Actualidad

Anuncian libros de La Casa de Papel, Élite y La Casa de las Flores

Entre las publicaciones se incluirán novelas, libros de no ficción y cómics, las que Planeta publicará en castellano para España y América Latina.

La casa de papel

Un acuerdo editorial de ámbito global es el que este lunes anunciaron Grupo Planeta y Netflix, para la publicación de libros basados en sus series.

Según lo anunciado, los primeros proyectos que se llevarán a cabo serán “La casa de papel”, “Élite” y “La casa de las flores”, cuyos títulos empezarían a llegar a las librerías en la primavera de 2019.

Entre estas publicaciones se incluirán novelas, libros de no ficción y cómics que ampliarán los universos narrativos y creativos de las series de Netflix, las que Planeta publicará en castellano para España y América Latina.

Planeta también gestionará los derechos internacionales de publicación de todos los libros que se publiquen.

“Estamos muy ilusionados de asociarnos con Grupo Planeta para ampliar el alcance y el universo de “La casa de papel”, “Élite” y “La casa de las flores”, tres de nuestras series en español más universales. Son títulos muy queridos por nuestros miembros en todo el mundo y estamos orgullosos de que los escritores hispanohablantes se inspiren en estas grandes historias y personajes”, afirmó Paco Ramos, vicepresidente de contenido original de Netflix.

“En un mundo cada vez más global, con estrechos vínculos entre la publicación de libros y los contenidos audiovisuales, estamos muy contentos con el acuerdo alcanzado con Netflix y con la posibilidad de publicar los libros de estas series que están triunfando a nivel mundial. Estamos convencidos que los libros serán un complemento perfecto a las series y que no dejarán indiferentes a sus millones de espectadores”, declaró por su parte Jesús Badenes, director general de la División de Libros de Grupo Planeta.

Notas relacionadas







Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Quizás el problema nunca fue el pituto en sí, sino quién lo ejercía. Porque al final del día, el Estado no se transformó en un espacio más transparente, más justo o más meritocrático. Solo cambió de manos. Y con ello, cambió también el tono: menos pudor, más autoindulgencia y la persistente convicción de que el poder, cuando es propio, siempre está justificado.

Foto del Columnista Bárbara Bayolo Bárbara Bayolo