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27 de Diciembre de 2019

Álvaro Escobar defiende la realización de Olmué 2020: “Me lo imagino en estas circunstancias históricas”

El animador repasa su segundo año en TVN y al mando del nuevo Rojo. Por otro lado, se refiere a su nuevo rol de conductor del certamen que se realizará entre el 16 y el 19 de enero en el Patagual.

Por
Álvaro Escobar TVN
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El viernes pasado, Álvaro Escobar cerró la cuarta temporada de Rojo en TVN. Durante esos días, además, confirmó su permanencia en el canal estatal, sellando así un nuevo ciclo del programa busca talentos que regresó a las pantallas durante el 2018.

– ¿Cómo evalúas este segundo año en TVN al mando de Rojo?
– Creo que ha habido premisas para cada temporada, en la que siempre la que sucede a otra va a ser mejor porque se entiende que al cabo de una temporada estamos capacitados y hemos aprendido, de tal manera que los desafíos que vienen por delante uno está en mejores condiciones como equipo para abordarlos y hacer de cada temporada la mejor de todas. Eso se fue cumpliendo con el añadido de que la cuarta temporada, además contaba con la participación de quienes ya habían hecho un recorrido. Estamos hablando de, incluso, ganadores de la primera, segunda y tercera temporada. El Clan ya tenía recorrido televisivo, lo que no había ocurrido anteriormente, entonces eso hizo que, efectivamente, cada temporada fuese mejor que la otra.

Álvaro Escobar también destaca la participación en el programa de TVN del periodista Roberto Van Cauwelaert, quien estuvo a cargo de los backstage del espacio y, con eso, de todos los pormenores entre los participantes. “Hizo una labor muy linda”, aseguró.

En medio de la competencia del Gran Rojo, el programa de TVN estuvo varias semanas en el congelador a raíz del estallido social que se inició el pasado 18 de octubre. Una situación que, según Escobar, ameritaba que no salieran al aire. Aún así, destacó el movimiento social, particularmente en cómo incidió “a la cultura, a las artes en el mismo estallido social como medio de expresión en la dimensión simbólica”.

“Hubo canciones que se hicieron himnos: El derecho de vivir en paz, El baile de los que sobran -que fue parte de Rojo en la tercera temporada-. Rojo es un programa que si se debe destacar por algo, se le reconoce habitualmente por ponerse en los zapatos de otros y ayudarlos en un camino que en Chile es muy difícil. Eso le da sentido al programa, además de alentar que puedan cumplir sus sueños y sus objetivos en un país donde es tan difícil dedicarse a una disciplina artística”, sostuvo.

En ese sentido, y “a pesar de estar en sintonía con esos objetivos, era evidente que Rojo no podía salir al aire en esos días, sobre todo las tres semanas posteriores al estallido social”.

– Y cuando volvieron, se refirieron a lo que ocurría en el país…
– Cuando lo hicimos, nos referimos a algo que es nuestro. No nos estábamos refiriendo a nada que estuviera ocurriendo más allá de nosotros. Puede que haya alguna excepción, pero no hay ningún profesional que haya llegado al programa que no sea parte de esto que les está ocurriendo a todos, que nos está pasando a todos y que nos incumbe a todos. Es nuestro lo que nos está ocurriendo y aquello que se reclama como justo para todos y todas, es algo que sentimos muy nuestro.

Bajo esa misma línea, para Álvaro Escobar “es muy difícil pensar que la sensibilidad social no es inherente a un artista. A final de cuentas es que hay que entender la particularidad que tiene un programa como Rojo y los seres humanos que participan en él, donde es el arte, la cultura, donde uno necesariamente, el material de trabajo, es la dignidad de los seres humanos. De trabajar con asuntos que uno supone que le incumben a toda la humanidad. A eso se dedica alguien que quiere bailar, que se quiere dedicar a la música. Cuando volvimos, efectivamente, el trabajo se fue ajustando al tono, a la sintonía del proceso de todos”.

– A diferencia del año pasado, Rojo se mantendrá fuera del aire hasta marzo. ¿Era necesario este receso?
– Creo que sí. Lo que pasa también con Rojo es que, además de talentos en el canto y en el baile, también han ido apareciendo sendos ejemplos de figuras televisivas. Para los telespectadores se hizo muy atractivo acompañarse todas las tardes con figuras de Rojo. Desde ese punto de vista, el verano pasado se hizo un programa especial -Rojo En Vacaciones-. Antes de eso, acompañaron a la Teletón. Fue en razón de todas estas evidencias que uno pudo ver el arrastre televisivo que tenía cada uno de los participantes. Esas circunstancias, en este verano, no sé si cambiaron radicalmente pero pudo no haber ido y la decisión a final de cuentas no sé por dónde pasa. Lo que sí intuyo, es que los equipos después de 24 meses de un trabajo sin parar, agradecen y les hace muy bien poder tomar cierta distancia y descansar de programas con este nivel de exigencia, donde no hubo pausa.

– Y en marzo de 2020 regresan con “Rojo de Chile”, según indica el sitio web de TVN…
– Eso no lo sé, desconozco los detalles. Eso lo hicimos en la primera temporada, pero hay algo en el Rojo de Chile que distingue a las otras temporadas. Esa parte yo la desconozco.

Nuevo desafío en TVN: Olmué 2020

Fue el martes cuando, a través de un comunicado, TVN confirmó a Álvaro Escobar como el nuevo animador del certamen. Entre el 16 y el 19 de enero, acompañará a Karen Doggenweiler en El Patagual presentando a artistas como Morat, Paloma San Basilio, Los Jaivas y Alex Anwandter.

“Es un tremendo profesional con una gran trayectoria televisiva en distintos escenarios. Además está muy vinculado con el arte, el folclor y el talento por lo que estamos seguros que tendrá un desempeño excepcional en el Patagual junto a Karen Doggenweiler“, comentó Jaime Boesch, director de programación de TVN respecto a Álvaro Escobar.

– ¿Qué te motivó a aceptar este nuevo desafío?
– La propuesta en sí misma que me hizo el canal. Fue una invitación a usar la experiencia de los últimos dos años, vinculado directamente con la música, y ponerla a disposición de la conducción del festival.

– ¿Cómo ves las críticas respecto a que estos eventos masivos se lleven a cabo en medio del estallido social?
– Yo creo que depende. Por ejemplo, me parece a mí que el Festival de Olmué es una instancia de encuentro muy potente, muy poderosa. Hay una tradición que lleva a Los Jaivas, cuya vocación con los procesos culturales, sociales, y políticos en un sentido generoso, es indiscutible. Creo que las críticas, todas, son legítimas, pero hay que pensar -particularmente Olmué- en el contexto de un proceso. No hay que pensar en un festival de Olmué en una circunstancia o fuera de contexto, hay que pensarlo, idearlo y concebirlo en un proceso que nos involucra a todos. Las críticas son bienvenidas y son todas válidas, ni siquiera me corresponde a mí juzgar. En mi caso, tiendo a ver el festival del Huaso de Olmué en el contexto de un proceso social, no me lo imagino fuera de contexto. No me imagino Olmué en otro planeta, me lo imagino en Chile en estas circunstancias históricas.

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