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28 de Octubre de 2020

Conservadora y antiaborto: Amy Coney Barrett, la jueza que reemplazó a Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema de EE.UU.

La llegada de la magistrada significa la consolidación de una clara mayoría ideológica en el máximo tribunal que, a partir de ahora, queda integrado por seis jueces conservadores y tres liberales.

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Amy Coney Barrett jueza
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Amy Coney Barrett juró como nueva jueza de la Corte Suprema de Estados Unidos de la mano del presidente Donald Trump, consolidando así la mayoría conservadora en el tribunal más importante del país.

Con 52 votos a favor y 48 en contra, la mayoría de los senadores votó de acuerdo a su orientación partidaria. La única excepción fue la de la republicana Susan Collins, quien enfrenta una dura elección en noviembre en un estado predominantemente demócrata.

En una ceremonia en la Casa Blanca, y ante todos los miembros de la corte, el juez Clarence Thomas tomó el juramento a Barrett, quien se convirtió así en la magistrada número 115 de la Corte Suprema, reemplazando a la fallecida jueza Ruth Bader Ginsburg.

La ideología de Barrett es diametralmente opuesta a la de Ruth Bader Ginsburg.

Ginsburg, feminista e ícono del movimiento progresista, falleció en septiembre a los 87 años luego de una larga batalla contra el cáncer.

Luego del juramento, la jueza de 48 años habló en términos reverentes del ícono progresista que reemplazaría, afirmando que sería ​​”consciente de quién vino antes que yo”. Barrett señaló que Ginsburg comenzó su carrera “en un momento en que las mujeres no eran bienvenidas en la profesión legal”, pero “no solo rompió los techos de cristal, sino que los aplastó”.

Imagen: The White House

Mayoría absoluta de conservadores

La llegada de Amy Coney Barrett como magistrada de la Corte Suprema significa la consolidación de una clara mayoría ideológica en el máximo tribunal que, a partir de ahora, queda integrado por seis magistrados de tendencia conservadora y tres liberales.

La tendencia conservadora podría mantenerse durante una generación, considerando que los puestos en la Corte Suprema son vitalicios y los tres jueces nombrados por Donald Trump tienen 55 años o menos.

“Al aumentar la mayoría conservadora se teme que los republicanos se pronuncien a favor de temas sensibles anti aborto o la unión civil. Pese a que ha habido decisiones consideradas progresistas, una mayoría republicana pone un gran desafío frente a estos temas”, señala a EL DÍNAMO Alejandra Márquez, directora de la escuela de Ciencia Política de la Universidad de Talca.

“Seguramente habrá muchas demandas sobre temas valóricos que entrarán en el debate y que puedan ser puestos de nuevo a revisión. Lo mismo ocurre con el matrimonio homosexual o el obamacare que ya se ha manifestado se puede desarticular”, agrega Alejandra Márquez.

¿Ilegitimidad en el nombramiento?

La candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris y la congresista, Alexandria Ocasio-Cortez (AOC), han calificado el nombramiento de la jueza como ilegítimo.

Harris señaló que “los republicanos negaron la voluntad del pueblo estadounidense al confirmar una jueza de la Corte Suprema a través de un proceso ilegítimo, todo en su esfuerzo por desmantelar la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio y despojar la atención médica de millones con afecciones preexistentes. No olvidaremos esto”.

Por su parte, AOC indicó que “se trata de un proceso completamente ilegítimo. La ilegitimidad del proceso de Barrett fue desde la falta de escuchar más testigos hasta la ausencia de examinar seriamente su trabajo anterior de manera exhaustiva, lo que ha llevado a un proceso apresurado”.

Márquez explica que “el nombramiento también coincide con el período previo a las elecciones presidenciales y puede que se convoque a la Corte Suprema para ver la legitimidad de sus resultados. Esto porque se eligió en plena campaña presidencial. Se dio en un proceso de confirmación muy cercano a la elección y se consideró un proceso apresurado”.

Asimismo, Russell Wheeler, investigador del Brookings Institution, indicó a la BBC que “esta acción de los republicanos tendrá un efecto a corto plazo al movilizar a los votantes demócratas, molestos por lo ocurrido, pero también tendrá consecuencias sobre la Corte que podría ver dañada su imagen institucional. Creo que esto reducirá la legitimidad de la Corte”.

El oportunismo de Mitch McConnell

El proceso de la nominación de Barrett fue cuestionado por el Partido Demócrata que recordó que en 2016 los republicanos bloquearon la confirmación del juez Merrick Garland, nominado por el entonces Presidente Obama, con el argumento de que por ser año electoral había que esperar hasta la elección de un nuevo mandatario.

En febrero de 2016, cuando faltaban casi nueve meses para que concluyera el segundo mandato de Barack Obama, murió Antonin Scalia, uno de los jueces del ala conservadora de la Corte Suprema de Justicia.

En aquella oportunidad el líder de los conservadores en la Cámara Alta, Mitch McConnell amenazó con vetar a cualquier sustituto que propusiera Obama al considerar que su sucesor debe elegir al nuevo juez, y por tanto, el asiento de Scalia debía permanecer vacío hasta que el mandatario dejara la Casa Blanca.

“La gente de EE.UU. puede elegir a un Presidente que designe a Garland o puede elegir a un presidente que designe a otro candidato diferente”, indicó en aquella oportunidad McConell.

Ahora, tras el nombramiento de Amy Coney Barrett, a solo una semana de las elecciones presidenciales, Mitch McConnell dijo que “el Senado está haciendo lo correcto. Estamos avanzando con esta nominación”.

People of Praise

Amy Coney Barrett creció en una comunidad llamada “People of Praise” en Louisiana y se casó con Jesse Barrett, quien también fue criado dentro de esa agrupación pero en South Bend y juntos han formado una familia con 7 hijos.

Según indicó The New York Times, People of Praise es un grupo carismático cuyos miembros afirman admirar a los primeros cristianos “quienes fueron guiados por el Espíritu Santo para formar una comunidad”.

Desde el punto de vista de sus creencias, esta organización tiene una visión conservadora sobre temas como el sexo y el aborto, similar a lo que ocurre con muchos otros grupos religiosos.

Familia de Amy Coney Barrett el juramento. Imagen: Flickr The White House.

La magistrada se presenta a sí misma como un “tipo diferente de abogada” y considera que una “carrera legal no es más que un medio para un fin…y ese fin es la construcción del reino de Dios”.

Los miembros de People of Praise deben donar al menos el 5% de sus ingresos a la comunidad y aceptan someterse al liderazgo de un director espiritual.

Asimismo, la comunidad está dirigida sobre todo por hombres, quienes además son considerados los jefes de familia. La diferencia entre los sexos es fundamental y tanto hombres y mujeres son asignados a consejeros del mismo sexo.

A pesar de ello, el año 2017, Barrett aseguró que en caso de surgir un conflicto entre sus creencias personales y su deber ante la ley, “nunca colocaría mis convicciones personales por encima de la ley”.

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