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Australia: ambientalistas y políticos celebran veto a caza de ballenas de Japón

El Gobierno del país oceánico fue responsable de demandar a Japón ante la justicia internacional en mayo de 2010. Ambientalistas ahora instan a Noruega e Islandia para que también cumplan esta sentencia.

Políticos y ecologistas australianos celebraron este lunes la victoria de Australia sobre Japón en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que ordenó a Tokio que “revoque” las licencias de caza de ballenas en la Antártida porque incumplen los “fines científicos” exigidos por la ley internacional.

El ex ministro de Medio Ambiente australiano Peter Garrett calificó de “histórica” la sentencia de la CIJ. “Es una decisión verdaderamente histórica y vindica nuestra acción. Significa que la caza científica de ballenas no existe”, agregó.

A su juicio, “significa que no vamos a ver más arpones en el océano antártico (…) estoy encantado”.

“¡Una victoria enorme como una ballena!“. Con estas palabras, Bob Brown, fundador de Verdes en Australia definió la decisión de la justicia internacional.

Anthony Albanese, del Partido Laborista, recordó que fue su formación la que presentó la demanda contra Japón en mayo de 2010, cuando estaba en el gobierno.

El recurso acusó a Japón de violar la Convención Internacional para la Reglamentación de la Caza de Ballena (ICRW, por sus siglas en inglés), firmada en 1946 para promover la conservación de estos mamíferos y desarrollar la industria ballenera de manera sostenible.

Ojo con Noruega e Islanda

Por su parte, El Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW, por su sigla en inglés) también aplaudió la medida a través de uno de sus directivos, Patrick Ramage, quien instó a “Japón, Noruega e Islanda, los tres países que aún cazan ballenas con propósitos comerciales, a aceptar que ello no puede ocurrir en el siglo XXI y a que cumplan la sentencia de hoy”.

“El mercado de la carne de ballena en esos tres países está en caída libre. Ha llegado el momento para que se unan al resto de la comunidad internacional y (los tres) abandonen una industria obsoleta y poco rentable”, agregó Ramage.

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