En una de las tantas oficinas que hay en Salisbury, Massachussetts, Estados Unidos, donde todo gira entorno a los perros. Kurgo es el nombre de la empresa que se especializa en diseñar objetos para canes. Lo peculiar es que ahí no trabajan hombres y mujeres solamente. Los perros están por todos lados.
Así lo decidió la empresa. Porque dijo que si iban a confeccionar cosas para perros, entonces tenían que probarlos. “Además de aliviar muchísimo el estrés, los perros impulsan la creatividad y prueban nuestros productos para darnos ideas para crear unos nuevos”, explicó Kitter Spater, cofundador de Kurgo.
El paraíso canino está hecho con contenedores, que justamente son los mismos que usa la marca para trasladar sus productos, y madera. Todos los espacios comunes están hechos para una armónica convivencia humanos – perros. Por ejemplo, en el baño hay fuentes de agua solo para ellos y después de una larga caminata pueden ir ahí y sacudirse con total libertad. Hay áreas de juego, pasto sintético y decenas de objetos de plástico para morder.
Tal vez una de las instancias más enriquecedoras es cuando Kurgo deja que los dueños puedan visitar a sus mascotas para conectarse con ellos. Además, las personas salen a caminar después del almuerzo con sus perros e incluso se ofrecen a cuidarlos -gratis- si es que sus dueños no pueden durante los fines de semana.
