Para Raúl Morales la situación es bien clara. El director del Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Chile dice que los rellenos sanitarios -lugares donde se deposita la basura para su posterior quema- son nefastos. Las razones que da son varias y sus palabras apuntan al ya famoso relleno de Santa Marta, ubicado en Talagante, que se quemó a fines de enero y que abrió una gran polémica en materia medioambiental.
En entrevista con La Segunda, una de sus opiniones más tajantes fue: “En Chile no deberíamos tener rellenos sanitarios o vertederos, eso es una política del tercer mundo, de cuando nuestro per capita era de 2 mil dólares, pero ahora estamos por sobre los 10 mil y no podemos seguir sacrificándole la vida a grupos de personas que no tienen capacidad de reclamar no ser afectados por culpa de un negocio de escala industrial”.
Morales dice que además existe un problema de salud que puede ser irreversible: “está comprobado que generarán enfermedades respiratorias y estomacales como problemas de colon, e incluso malformaciones genéticas en casos de mujeres embarazadas”. Estudios hechos en Canadá, Inglaterra, Australia, Brasil y Colombia demuestran que el impacto de vivir en un radio de 6 kilómetros de un vertedero es transversal, dada la toxicidad de los malos olores.
La solución para el académico son las plantas industriales. “Hay rellenos sanitarios que después de haber cumplido su ciclo, están 20 o 30 años sin poder usarse y siguen habiendo emanaciones de gas. O sea, quienes viven ahí van a morir ellos y sus hijos impactados por los malos olores de su entorno”, afirma.
Actualmente el vertedero está cerrado. Pero el Tribunal Ambiental de Santiago autorizó la reapertura de manera parcial, algo que para Raúl Morales “no es una buena medida porque el problema aun existe, por lo que no podemos estar reabriendo a medias una actividad industrial que esta mal planteada desde un principio”.
