Secciones
Buen Dato

Cómo pagar con tarjeta en el Metro de Valparaíso

Este innovador sistema facilita el pago al eliminar las monedas, billetes, o tarjetas de transporte específicas

EFE Valparaíso anunció un moderno sistema de pago sin contacto en el servicio Tren Limache-Puerto, anteriormente conocido como Metro de Valparaíso (MERVAL).

De esta forma, se implementó el pago con tarjetas de débito, crédito, prepago y billeteras electrónicas para trasladarse dentro de la región y así pagar sus pasajes directamente en los torniquetes.

“Ahora los ciudadanos de Valparaíso y también los turistas podrán pagar sus pasajes con sólo acercar sus tarjetas Mastercard a los validadores, ahorrándose todo el trámite de conseguir dinero en efectivo, hacer un retiro antes de iniciar el viaje, comprar tarjetas de transporte y recargarla”, dijo Thiago Dias, Country Manager de Mastercard Chile.

En ese sentido y gracias a este innovador sistema de pago, Metro de Valparaíso se transformó en el primer medio de transporte público del país que implementa esta modalidad, sumándose así a países como el Reino Unido y Panamá.

En tanto, el seremi de Transportes y Telecomunicaciones de la Región de Valparaíso, Edgardo Pique, explicó que además de ampliar la gama de formas de pagos, esto facilitará el acceso de los turistas a los viajes en tren.

“Nosotros en Valparaíso recibimos una gran cantidad de cruceros y entendemos también que esos turistas se verán beneficiados con este enorme aporte“, expresó Pique a Biobío.

Esta forma de pago se llama Pay As You Go en Mastercard y Transit Ready en el caso de Visa.

Asimismo, esta tipo de pago tiene con una pre-autorización inicial es de $500 para Mastercard y sin costo para Visa, transacción que permitirá a los pasajeros seguir utilizando su tarjeta durante el día si tienen saldo disponible.

Notas relacionadas







Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Quizás el problema nunca fue el pituto en sí, sino quién lo ejercía. Porque al final del día, el Estado no se transformó en un espacio más transparente, más justo o más meritocrático. Solo cambió de manos. Y con ello, cambió también el tono: menos pudor, más autoindulgencia y la persistente convicción de que el poder, cuando es propio, siempre está justificado.

Foto del Columnista Bárbara Bayolo Bárbara Bayolo