Elegir la cama adecuada para los niños es clave para su comodidad y el aprovechamiento del espacio en su pieza. Desde opciones compactas hasta camas más amplias, te contamos cómo decidir según la edad, el tamaño de la pieza y más.
En los hogares, las familias buscan optimizar cada rincón del hogar. Por eso, elegir el tamaño de cama para la habitación de los niños es una decisión importante. La cama 1 plaza, con dimensiones aproximadas de 90×190 cm, es una de las opciones más populares para los más pequeños, ya que ofrece suficiente espacio para un descanso cómodo sin ocupar demasiado lugar.
Esta elección no solo afecta la calidad del sueño de los niños, sino también la funcionalidad de la pieza, especialmente en hogares con espacios reducidos, como departamentos en Santiago o casas en regiones donde el diseño compacto es común.
Para niños un poco mayores o en habitaciones compartidas, la cama 1.5 plaza, también llamada plaza y media, puede ser una alternativa ideal. Con medidas de alrededor de 105×190 cm, la cama de plaza y media proporciona un poco más de espacio, lo que resulta cómodo para niños en crecimiento o incluso para padres que acompañan a sus hijos al dormir.
Esta opción es perfecta para preadolescentes o para quienes quieren una cama que dure varios años. Además, su tamaño intermedio permite aprovechar mejor el espacio en comparación con camas más grandes, dejando lugar para escritorios, juguetes o áreas de juego.
El tamaño de la habitación es un factor clave al elegir. En espacios pequeños, una cama de 1 plaza es práctica porque deja más área libre para muebles como un escritorio o un armario. En Chile, donde muchas familias viven en departamentos de menos de 70 metros cuadrados, esta opción permite maximizar el espacio sin sacrificar comodidad.
Además, para niños menores de 8 años, una cama de 1 plaza suele ser suficiente, ya que su tamaño se adapta al cuerpo y necesidades de los más pequeños. Además, estas camas son fáciles de encontrar en multitiendas, con diseños coloridos que atraen a los niños.
Sin embargo, a medida que los niños crecen, sus necesidades cambian. Una cama de 1.5 plazas ofrece más espacio para moverse, lo que es ideal para niños inquietos o que están entrando en la adolescencia. Esta opción también es práctica en habitaciones compartidas, donde dos hermanos pueden usar camas de este tamaño sin que la pieza se sienta abarrotada.
Sin embargo, es importante medir el espacio disponible, ya que esta cama requiere un poco más de ancho que una de plaza simple. En casas chilenas con habitaciones de tamaño medio, esta cama logra un equilibrio entre comodidad y funcionalidad, permitiendo incluso agregar un pequeño sofá o estanterías.
El diseño de la cama también influye. Las camas nido o con cajones integrados, disponibles en todos los tamaños, son perfectas para guardar ropa de cama, juguetes o libros, algo muy valorado en hogares con poco espacio de almacenamiento. En lugares donde las casas suelen ser más compactas, estas soluciones son muy prácticas. Además, materiales como la madera o el metal aseguran durabilidad, algo importante para resistir el uso activo de los niños.
Por último, involucrar a los niños en la elección, como escoger un diseño con sus colores favoritos, puede hacer que se sientan más cómodos. Así, con tantas opciones en el mercado, encontrar la cama perfecta para la pieza de los niños es cuestión de balancear espacio, funcionalidad y estilo.
