La principal preocupación es reflejar la comida endémica del país y hacerlo de manera sustentable: que sea cortada de suelos no intervenidos por ellos mismos o bien por comunidades recolectoras. Un ejemplo de ello: el agua que sirven proviene de la lluvia de la Patagonia, tratada con un alto grado de pureza.
Con esa propuesta, Boragó, restaurante ubicado en Vitacura, Santiago, se coronó como el mejor de Chile y como el número 36 a nivel mundial. El local, propiedad del chef Rodolfo Guzmán, subió seis puestos desde el ranking de 2015.
El primer lugar se lo llevó el italiano Osteria Francescana, que el año pasado había quedado en el segundo puesto. Al mando del chef Massimo Bottura, sus platos son una mezcla de cocina tradicional italiana con un toque de irreverencia.
Tras el restaurante italiano le siguió El Celler de Can Roca de Girona, España. El tercer puesto cayó en el Eleven Madison Park de Nueva York, mientras que el cuarto fue para un país sudamericano: el restaurante Central de Lima, Perú. El quinto lugar lo obtuvo el Noma, ubicado en Copenhague, Dinamarca.
