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La historia de una joven adicta al porno: "Me masturbaba hasta seis veces al día"

Su gusto por los videos pornográficos comenzó a los 14 años. Hoy, a sus 22, ayuda a otros a superar este problema.

Todo comenzó en la adolescencia: a los 14 años una precoz Oghase Ovienrioba decidió prender el computador e ingresar un sitio porno para ver un video erótico.

Con los años su gusto por la pornografía comenzó a aumentar hasta que se hizo una adicción. Entre los 18 y 21 años, se encerraba en un cuarto oscuro a ver películas para adultos sin parar.

En su peor momento, Oghosa, quien hoy es licenciada de derecho, se masturbaba entre cinco y seis veces al dia y observó más de 400 horas de películas pornográficas.

Pero ahora, Oghosa se ha convertido en una especie de ídola para otras personas adictas, ya que valientemente realiza videos en YouTube donde habla de sus problemas y cómo consiguió salir adelante. En total, ya suma más de 800.000 reproducciones.

La chica asegura que “cuando subí el video en febrero, no tenía ni idea de lo fenomenal que sería la respuesta”. Y agregó que “he recibido cientos de comentarios conmovedores de mujeres que estaban pasando por lo mismo durante años”.

Oghosa, que comenzó a ver porno en línea en 2006, dijo que era peligrosamente fácil acceder a ella. “Mucha gente no piensa en que las niñas pueden sufrir una adicción a la pornografía, pero es un problema para ambos sexos”.

“Tenía 14 años cuando me busqué pornografía en interner. Fue por curiosidad y en una simple búsqueda por Google consiguí acceder a miles de películas para adultos”, sostuvo la chica de 22 años.

“Cuando vi por primera vez, mi reacción fue de sorpresa. Pero poco a poco con el tiempo, el choque se convirtió en emoción y vi todo el porno que pude sin detenerme”, relata.

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Su gusto por este tipo de videos se transformó en una adición a los 16 años, cuando comenzó a ver todas las películas que podía. De hecho, asegura que en un momento se aburrió de las películas suaves. Asegura que se volvió insensible a ese contenido. “Pasé de ver pornografía suave para cosas más peligrosas para obtener el golpe que necesitaba”, cuenta.

Por suerte su adicción se detuvo a los 18 años, cuando consiguió tener una relación estable con un niño de 18 años.

Pero cuando ingresó a la universidad se encontró otra vez sola en su habitación y la adicción se reanudó rápidamente. “Estaba en la universidad y solo en una ciudad nueva. Supongo que fue un gatillante y todo fue cuesta abajo desde allí”, relata.

“Durante un período de dos a tres años, estaba viendo porno a diario y a veces masturbándose más de seis veces al día. Era todo lo que podía pensar. Yo no veo a la gente como personas más, no eran más que objetos sexuales a mí”, señala.

Cuando Oghosa cumplió 21 años, se encontró con el cristianismo y decidió enfrentarse a ese problema. Lo primero fue hablar del tema con un amigo y liberarse. Luego tuvo que dejar de leer escenas de sexo en los libros, en películas y dejar de escuchar música con contenido sexual. “Hay algunos artistas que sólo cantan sobre el sexo y lo mejor es evitarlo”, dijo.

Hoy su adicción ya no existe y ahora relata sus experiencias en YouTube y ayuda a otras personas que como ella, tuvieron un problema con la pornografía en internet.

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