Se anunció hace algunas semanas con bombos y platillos, pero ¿sirve realmente el “viagra femenino“? Al parecer, es una discusión que está lejos de terminar, pero que al menos suma algunas evidencias científicas que ponen en entredicho su utilidad.
Según un largo informe de Martin Robbins, periodista del diario inglés The Guardian y columnista de Vice, la Federal Drug Administration (FDA) de Estados Unidos aprobó su distribución y uso por una campaña de prensa y presiones de grupos que acusaron al organismo de sexista por rechazar en varias oportunidades la aprobación de Addy, la marca comercial de la flibanserina.
El autor del articulo detalla que este tipo de medicamento es radicalmente opuesto a lo que genera en los hombres el viagra “tradicional“, que actúa como “hidráulicamente“. La flibanserina fue testeada por primera vez en los años 90 como una droga antidepresiva que actuaba sobre el cerebro. Estaba en su etapa experimental alterando el balance de los neurotransmisores.

El informe de Robbins muestra documentos con resultados obtenidos por la FDA, donde se señala que la satisfacción lograda por el consumo de esta píldora no era determinante en la vida sexual de las mujeres. En los exámenes hechos por el organismo, el promedio “satisfacción sexual” al mes de mujeres sin ningún tipo de medicación era de 2,8. Para aquellas que ingerían un placebo, 3,7; y en el caso de las que consumían Addyi, 4,5 al mes. La diferencia entre los placebos y esta nueva droga no es determinante, según el autor.
La publicación señala que, a diferencia del viagra masculino, en el caso de la flibanserina se debe comenzar a tomarlo durante un mes, sin consumo de alcohol, lo cual podría generar efectos secundarios. Los efectos secundarios tampoco son menores: náuseas, insomnio, baja presión. Otra cosa a tener en cuenta es que durante este tratamiento no se pueden consumir anticonceptivos.