Secciones
Deportes

Federer superó a Nadal y gana su quinto Torneo de Maestros

El número dos del mundo jugó a un altísimo nivel para imponerse en una hora y 37 minutos, ante el aplauso de las 17 mil personas que repletaron el O2 de Londres.

 

El helvético planificó su estrategia atacando en todo momento y jugando con mucha fuerza a las líneas. Con un 100% de puntos ganados con primer servicio, sólo necesitó quebrar en el octavo game para ganar el set inicial por 6-3 en 32 minutos.

 

El número dos del mundo jugó a un altísimo nivel para imponerse en una hora y 37 minutos, ante el aplauso de las 17 mil personas que repletaron el O2 de Londres.

 

El helvético planificó su estrategia atacando en todo momento y jugando con mucha fuerza a las líneas. Con un 100% de puntos ganados con primer servicio, sólo necesitó quebrar en el octavo game para ganar el set inicial por 6-3 en 32 minutos.

 

En el segundo parcial apareció el Nadal contundente de todo el torneo: mejoró ostensiblemente su primer servicio (81%) y rompió en el cuarto juego para ganar por 6-3 el segundo parcial en 34′.

 

En el set final el suizo impuso su categoría para quebrar en el cuarto y sexto juego ante un rival que bajó su nivel tras la extenuante semifinal ante Murray. En definitiva, Federer aprovechó su segundo match point para imponerse por 6-1 en 31′.

 

Roger Federer se coronó por primera vez en Londres y por quinta vez en el Torneo de Maestros, luego de sus títulos en 2003, 2004, 2006 y 2007.

 

Además, el suizo ganó el 66° título en su carrera, el quinto del año (incluido Australian Open) y logró ganar su octavo partido en 22 disputados contra su rival. Rafael Nadal, en cambio, no pudo ganar su primer título en el Masters y entrar a la historia. Sin embargo, acabó con siete trofeos este año, incluidos los Grand Slams de Roland Garros, Wimbledon y US Open.

Notas relacionadas








En compás de espera

En compás de espera

La pregunta no es solo qué QUIERE hacer Kast, sino qué PUEDE hacer Kast en un país con una historia reciente de trauma autoritario, con Fuerzas Armadas vigiladas por la memoria, con una sociedad civil alerta y con un sistema político que, aunque erosionado, no está dispuesto a suicidarse sin resistencia.

Foto del Columnista Patricio Fernández Patricio Fernández