Los avances y las caídas en desgracia de los clubes como sociedades anónimas
Algunos equipos pudieron pagar deudas e incluso ganaron torneos internacionales, pero otros fueron desterrados del fútbol profesional y cayeron al infierno absoluto.
Por Sebastián Dote
El ingreso de las sociedades anónimas al fútbol profesional se consolidó definitivamente con un modelo de manejo de clubes que tiene respaldos y férreos detractores. Desde el debut de Deportes Copiapó como el primer equipo bajo este formato en 1999 han aparecido varios ejemplos de éxito y fracaso, los cuales se hacen relativos según la realidad deportiva de cada institución.
La crisis deportiva de Universidad de Chile bajo el mando de la concesionaria Azul Azul y los errores de Blanco y Negro al mando de Colo Colo generaron muchos cuestionamientos sobre el sistema, el que también muestra sus luces con la recuperación financiera de equipos que estaban quebrados.
Tras casi dos décadas de implementado el sistema, hay ejemplos en ambos sentidos, los que han marcado profundamente la historia de equipos emblemáticos del fútbol chileno.
El rescate de la quiebra y los títulos
A principios de la década de los 2000 tanto Colo Colo como la Universidad de Chile pasaron por una gravísima situación económica.
Gabriel Ruiz-Tagle, ex presidente de Blanco y Negro. (Foto: Agencia Uno)
En el caso de los albos la crisis llegó en 2001 cuando se decretó la quiebra de la Corporación por una deuda de 22.000.000.000 millones de pesos. La institución tuvo que desprenderse de algunos de sus bienes como el Teatro Monumental y la sede del club en calle Cienfuegos. La crisis, eso sí, no mermó lo deportivo ya que el plantel logró ganar el título en 2002. Hacia 2005 se entregó la concesión a Blanco y Negro S.A., empresa de capitales privados que tiene entre otros socios a LarrainVial, Santander Corredores y BanChile, entre otros.
Desde entonces el club ha ganado 8 títulos y llegó a la final de la Copa Sudamericana de 2006. En sus primeros años el plantel estaba compuesto por varios jugadores que eran parte del club en la pre-quiebra como Matías Fernández y Arturo Vidal, los que fueron vendidos en altos valores al exterior. El recambio de esta generación es una de las complicaciones que la concesionaria aún no ha logrado resolver del todo.
Federico Valdés, primer presidente de Azul Azul. (Foto: Agencia Uno)
La U, en tanto, tuvo su momento de crisis en 2006 cuando la Corporación de Fútbol Profesional de Universidad de Chile (Corfuch) fue declarada en quiebra por una millonaria deuda. En 2007, LarrainVial (que también estaba en la sociedad de Colo Colo) y un empresario mexicano se unieron junto con Carlos Heller para formar Azul Azul.
Desde entonces el equipo ganó 6 títulos y alcanzó la gloria internacional al ganar la Copa Sudamericana 2011. En este caso, la renovación en el éxito futbolístico se vio complicada y derivó en pérdidas económicas. Actualmente el equipo está peleando por no descender.
Unión Española también logró reponerse luego de pasar a sociedad anónima, ya que en 2007 enfrentó una quiebra y al año siguiente fue tomado por la Universidad Internacional SEK. Con esto se remodeló el Estadio Santa Laura y se cancelaron parte de las deudas.
Universidad Católica, en tanto, ingresó al mundo de las sociedades anónimas de forma diferente, ya que no tuvo que pasar por un proceso traumático de quiebra. En 2009 se anunció que la rama de fútbol del club pasaría a la administración de Cruzados SADP. Desde entonces el equipo ganó su primer bicampeonato y mantiene una equilibrada balanza económica, basada en el reforzamiento con jugadores de sus inferiores y la llegada de futbolistas que llegan como “agente libre”.
La tragedia de Concepción y problemas en Wanderers
La llegada de las sociedades anónimas también ha terminado en resultados trágicos para otras instituciones, especialmente las de regiones.
El caso más emblemático fue el de Deportes Concepción, que con dos empresas al mando terminó siendo exiliado del fútbol profesional. El caos total del “León de Collao” comenzó en 20o6, cuando la ANFP decidió suspender al equipo por problemas financieros.
Los hinchas de Deportes Concepción durante la desafiliación en la ANFP. (Foto: Agencia Uno)
Al año siguiente la institución fue tomada por la sociedad llamada León de Collao SA, que supuestamente iba a traer inversiones desde Alemania para terminar con la crisis del equipo. Los problemas económicos se extendieron y en 2008 fue descendido automáticamente a Primera B.
Ya en la segunda categoría, los lilas terminaron en manos en Fuerza, Garra y Corazón SADP. Esta nueva concesionaria prometía mejorar al club y llevarlo nuevamente a Primera División. La administración liderada por Nibaldo Jaque y Pablo Tallarico, entre otros, fue cuestionada y terminó hundiendo al equipo. Todo esto se agudizó en 2016 con la decisión de la ANFP de desafiliar al club, por lo que descendió automáticamente a la Tercera División B.
Santiago Wanderers en su descenso de 2017. (Foto: Agencia Uno)
Santiago Wanderers también vivió situaciones complejas, las que sí derivaron en problemas deportivos. Es que en 2017 el Club de Deportes Santiago Wanderers SADP (que fue conformada como una sociedad anónima cerrada) vivió complicaciones luego que Nicolás Ibáñez, uno de sus accionistas mayoritarios, alistara su salida. Aquella separación se concretó un par de años más tarde con el cierre de la Fundación Futuro de Valparaíso (FFV) y el cambio a otra sociedad.
Estos movimientos movieron las aguas del elenco caturro, que se despotenció durante aquella temporada y terminó descendiendo a Primera B. Pese a esto el cuadro del puerto terminó ganando la Copa Chile 2017. Desde entonces el equipo no ha podido subir a Primera, aunque ha sido protagonista de los últimos torneos del ascenso.
