Uno de los clubes con mayor tradición en el fútbol chileno, como lo es Unión Española, firmó el segundo descenso de su historia, en una temporada marcada por errores dentro y fuera de la cancha, e inestabilidad dirigencial, lo que evidencia un desgaste tras los 17 años de administración de Jorge Segovia.
El cuadro hispano dijo adiós a la Primera División en el Estadio Santa Laura al caer por 4-2 frente a O’Higgins, que dio vuelta el marcador para continuar su lucha por acceder a Libertadores.
De esta forma, Unión Española concretó su regreso a la Primera B después de 28 años, cuyo hecho se explica por una cadena de desaciertos que sentenciaron la caída de un club que históricamente ha sido uno de los protagonistas del fútbol chileno, donde se ha consagrado siete veces campeón de Primera División.
Copa Sudamericana y las altas expectativas por un plantel que nunca respondió
El inicio de la campaña era prometedor. Clasificaron a la fase de grupos de Copa Sudamericana tras eliminar Everton y llegaron varios jugadores con gran cartel: Matías Suárez, Matías Marín, Brayan Véjar, entre otros, encendían la ilusión de los hinchas. Sin embargo, sus rendimientos no estuvieron a la altura.
En el certamen internacional, quedaron eliminados con cinco puntos en la fase de grupos, donde compitió con Fluminense (Brasil), Once Caldas (Colombia) y Gualberto Villarroel San José (Bolivia), lo cual paralelamente también terminó perjudicando al equipo en la primera rueda del torneo por el desgaste de estar disputando dos frentes.
De hecho, en la primera rueda de la Liga de Primera, el club de Independencia solo obtuvo siete de los 45 puntos posibles.
No ejercer la localía en el Estadio Santa Laura
A la debacle futbolística también se le debe añadir el factor del Santa Laura, ya que Unión Española no pudo ser local en dicho recinto durante tres meses (entre el 21 de febrero y 11 de mayo). Esto, por la reparación de la cancha, para luego enfrentar un nuevo problema por las torres de iluminación.
En este marco, el club tuvo que suspender partidos, trasladar horarios y recibir diferentes reclamos por el mal estado del estadio.
Esto podría explicar en gran parte que la UE fue uno de los peores locales del Campeonato Nacional, donde consiguió solo 14 puntos en 14 partidos.

La inestabilidad en la presidencia y gerencia del club
Fuera de la cancha, la dirigencia de Unión Española tuvo que soportar varios remezones. En medio de la campaña, Francisco Ceresuela dejó la presidencia, lo que abrió un nuevo proceso para escoger a su sustituto: Santiago Perdiguero, quien asumió en un un complejo escenario deportivo e institucional.
Por si fuera poco, la gerencia también tuvo cambios, con la salida de Cristian Rodríguez y el ingreso de Sabino Aguad en medio de diferencias por los plazos de los trabajos en el estadio Santa Laura.
El dueño, el español Jorge Segovia, controla todo a distancia ya que reside fuera del país, lo cual agudizó el malestar de los hinchas considerando la crisis que atraviesa la institución. En este contexto, Segovia interrumpió su silencio ante los rumores que apuntaban a que vendería el club, lo que él terminó descartando.
Tres entrenadores en un año: el reflejo de un mal manejo en Unión Española
En la dirección técnica, ocurrió una situación similar. José Luis Sierra dejó el cargo en mayo producto de los malos resultados, hecho por el cual asumió Gonzalo Villagra como interino.
Tras ello, la dirigencia decidió contratar a Miguel Ramírez, quien dejó Deportes Iquique tras cosechar solo un punto en seis encuentros, cuyos resultados tenían a los Dragones Celestes en el último lugar.
La suerte no cambió mucho para Cheito durante su estadía en Independencia, ya que en los 15 partidos que dirigió solo registró 4 victorias, 2 empates y 9 derrotas. Cuando la situación se hizo insostenible, dio un paso al costado para que Villagra volviera a hacerse cargo del primer equipo.

Incertidumbre instalada en Unión Española
Después de que se consumara el descenso de Unión Española, el gerente general del club, Sabino Aguad, defendió la administración de Jorge Segovia y abordó el futuro de la institución.
“El club que se armó, independiente si funcionaron los refuerzos o las lesiones nos complicaron, en términos de costo, fue el cuarto con más alta planilla del fútbol chileno. Entonces decir que el señor Segovia o el señor Aguad tienen la culpa, es lo fácil”, partió diciendo.
Respecto a las razones de la caída a Primera B, manifestó que “hay pocas explicaciones por el hecho que tuviéramos entre ocho a 10 jugadores lesionados, que las luces no solo no estuvieron en febrero (en Santa Laura), sino que en enero sacaran las luces antiguas. Eso es culpa nuestra, pero yo no estaba en el club para decir porqué las sacaron”.
En este marco, reiteró su defensa a Segovia: “Es fácil hacer la crítica, pero la persona a cargo del club, puso todo lo que él podía para que fuera un buen año. Respecto a los refuerzos de mitad de año, no hubo club que invirtiera más en dinero que nosotros. Qué más quieres que haga el señor Segovia por el club, si él pone todo lo que puede dar y no funciona en la cancha”.
A lo que agregó: “No creo que tiene la culpa, la culpa la tenemos los dirigentes, cuando él pone todos sus recursos a disposición del club”.
Para cerrar, instaló dudas e incertidumbre en relación a un rápido retorno a Primera División: “Bajar a la B significa casi 2 mil millones de pesos menos al año en televisión. Tenemos un plantel con sueldos de Primera y la gran mayoría continúa. Hoy no puedo decir que armaremos un equipo para volver el próximo año; sería fácil decirlo, pero no sé cómo vamos a afrontar lo económico ni qué jugadores querrán seguir”.
