Desde este lunes, en Francia está prohibido el uso de celulares, tablets y relojes inteligentes en colegios, convirtiéndose en el primer país en tomar esta medida. Sin embargo, la ley no aplica para los estudiantes de más de 15 años, dejando a cada establecimiento superior la libertad para decretar sus propias normativas para ellos.
“Como mínimo, todas las instituciones requerirán que el celular esté guardado en las mochilas y sea sacado solo en caso de emergencia o de uso educativo justificado”, explicó el ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer.
Una medida parecida es la que quieren replicar los senadores chilenos Juan Pablo Letelier, Alfonso de Urresti, Ricardo Lagos Weber y Jaime Quintana, quienes presentaron un proyecto para restringir los dispositivos de telefonía móvil en establecimientos de educación básica y media.
En el líbelo, argumentaron que según cifras publicadas al mes de marzo por la Subsecretaria de Telecomunicaciones, existen en nuestro país alrededor de 23 millones de teléfonos celulares, cifra que mes a mes va en aumento. “Hoy en día estamos inmersos en una sociedad donde los teléfonos celulares se han convertido en algo natural en la vida de muchas personas, siendo muchas veces fundamentales para su trabajo e incluso para sus relaciones interpersonales”, expresaron.
Con ello, destacaron que “la cifra es alarmante cuando ponemos especial atención al uso de teléfonos móviles en menores de 18 años, lo que puede incidir de manera negativa en el desarrollo de sus vidas. En nuestro país un 11% de los niños y niñas de 5 años tiene celular funcionando y en uso, cifra que sube a un 30% en los que tienen 8 años; a un 50% a los 10 años; a un 71% a los 12 años; y a un 90% a los 15 años“.
“El uso de dispositivos móviles durante el proceso de aprendizaje de los menores puede incidir de manera directa en su desarrollo tanto neurológico como social, mientras más temprano se inicia el uso de dispositivos móviles o de pantallas en niños, mayor es la dependencia que tienen frente a este tipo de dispositivos y muchas se puede buscar reemplazar por parte de los menores la labor que cumple el profesor en el aula de clase. Si bien en la actualidad las salas de clases han ido incluyendo la tecnología en su uso diario, debemos propender siempre a que se haga un buen uso de los recursos tecnológicos, donde estos beneficien el proceso de aprendizaje y no perjudiquen el mismo o no interrumpan el proceso cognitivo de los estudiantes”, argumentaron.
