Secciones
Educación

La sombría proyección del ministro Ávila de los resultados de la prueba Simce

El titular de Educación señaló que los resultados de este año “no van a ser buenos” debido a la crisis que se arrastra en el sistema.

El ministro de Educación, Marco Antonio Ávila, entregó una sombría proyección sobre los resultados que tendrá la prueba Simce de carácter censal aplicado a estudiantes de 4° básico y 2° medio, el que mostrará los efectos de la crisis de aprendizaje agudizada por la pandemia de COVID-19.

El secretario de Estado habló sobre el instrumento durante su presentación ante la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados, en donde presentó el Plan de Reactivación Educativa.

De acuerdo a lo consignado por El Mercurio, el ministro señaló que los resultados del Simce de 2022 serán “la primera foto” de la crisis, adelantando que sus resultados “no van a ser buenos”.

Ávila señaló que la evaluación -que su cartera intentó suspender para el año pasado- debería profundizarse como un insumo adicional para los colegios. De hecho planteó que “hace fácilmente seis o siete años que no se aplicaba tan perfectamente como se aplicó el Simce”.

Evaluación de la crisis escolar

En este contexto, el ministro Ávila también mencionó que se está trabajando en otro tipo de instrumentos para detectar los efectos de la crisis educacional, especialmente en lectura y matemáticas.

En ese sentido, la autoridad dio cuenta de “una breve prueba que evalúe este rezago en estudiantes de 1°, 2°, 3° y 4° básico”, y la describió como “un instrumento muy sencillo, de rápida aplicación, donde la escuela va a poder evaluar a sus niños y niñas, y va a poder determinar qué acción tiene que desarrollar rápidamente para hacer la recuperación”.

El ministro detalló que esta prueba se aplicará en todo el país, y que se contestará “un par de preguntas asociadas a distintos niveles de habilidades y que tienen bastante instalada, de manera sólida, las nociones básicas de la matemática, que son fundamentales”.

Notas relacionadas







Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Del fin de los pitutos a la pitutocracia

Quizás el problema nunca fue el pituto en sí, sino quién lo ejercía. Porque al final del día, el Estado no se transformó en un espacio más transparente, más justo o más meritocrático. Solo cambió de manos. Y con ello, cambió también el tono: menos pudor, más autoindulgencia y la persistente convicción de que el poder, cuando es propio, siempre está justificado.

Foto del Columnista Bárbara Bayolo Bárbara Bayolo