Gran Hermano: así es la casa del nuevo reality de CHV
Gran Hermano se alista para realizar su debut a través de las pantallas de Chilevisión el domingo 18 de junio a contar de las 22:30 horas, por lo que ya se han dado a conocer varios detalles de la edición chilena de este popular reality show.
El programa, que trae de regreso el formato a nuestro país, no será grabado en Chile, por lo que los participantes deberán convivir en la misma casa estudio que se utilizó en la versión argentina.
Por esta razón, el lugar debió sufrir ciertas modificaciones, información que dio a conocer LUN durante esta jornada, donde detalla cómo será cada uno de los espacios al interior del set de grabación.
Los detalles de la casa de Gran Hermano
Según se reveló, con la finalidad de entregar al espacio una tonalidad más cálida para la versión chilena, en el comedor se adaptaron colores más vivos. Por ejemplo, se optó por sillas de color amarillo, reemplazando las de color gris que tenía la versión argentina.
Respecto al sector en el que dormirán los participantes, el estudio contará con dos dormitorios, en los cuales los participantes deberán decidir si quieren dividirse entre hombres y mujeres, o transformarlos en espacios mixtos.
Al interior de la casa estudio también habrá un supermercado, en el cual los participantes podrán comprar alimentos con la plata que ganen en las competencias, obligándolos a hacer rendir las colaciones.
Además, contarán con un jardín que mide 300 metros cuadrados, que incluye un sauna, gimnasio, quincho, lavadoras y una piscina, la cual será temperada, a diferencia de la edición argentina.
Sin embargo, el baño sería uno de los puntos que podría generar mayores conflictos en el encierro, ya que contarán con un solo excusado y una sola ducha para que compartan los 18 participantes.
En los últimos días se han conocido detalles del vínculo que tendría el diputado con el director de ProCultura, en el marco de la indagatoria por presunto financiamiento irregular.
A diferencia de una primera etapa que comenzó en 1999, el quinteto entendió que el ecosistema musical ya no depende ni de las radios, ni de los festivales y menos de la venta de discos. Hoy la clave está en saber dialogar con una comunidad hiperconectada que exige mucho más que una buena canción.