El regreso de Pasapalabraa la televisión estuvo marcado por la criticada participación que tuvo Jennifer Galvarini, conocida popularmente como Pincoya.
Luego de meses sin estar en la parrilla del canal, el conocido programa de concursos conducido por Julián Elfenbein finalmente volvió a la pantalla chica este lunes. En esta nueva temporada, se pudo ver el retorno del histórico participante Nicolás Gavilán, quien luego de completar El Rosco se ganó 390 millones de pesos en 2019.
En este primer episodio se vio al concursante en compañía de su equipo que estaba conformado por el humorista Álvaro Salas y la ex Gran Hermano.
Fue precisamente esta última quien recibió una ola de críticas en redes sociales por su desempeño en el grupo del querido jugador.
Las reacciones que dejó la participación de Pincoya en Pasapalabra
Jennifer Galvarini protagonizó varios momentos que molestaron a los espectadores del show, catalogándola, incluso, de “cero aporte”. Esto, ya que la participante no entendió varias de las instrucciones de Pasapalabra y durante la primera prueba, no consiguió deletrear “bielorrusa” al revés.
De esta manera, varios usuarios alegaron en redes sociales que el jugador corría con desventaja al tenerla en su equipo.
A pesar de la cuestionada participación de la chilota, Nicolás Gavilán logró quedarse con el capítulo, acumulando $1 millón más al pozo de $50 millones.
Sin embargo, esta situación no impidió que la Pincoya recibiera múltiples mensajes con críticas por su desempeño en el programa.
Mi frustración reflejada en un meme al escuchar a la Pincoya respondiendo mal a preguntas básicas o simplemente no responder nada #pasapalabraCHVpic.twitter.com/xlUsCWpNxt
Querían perjudicar al Nico? Para que chucha le pusieron a la Pincoya en el equipo? Fue a puro hacer show wn! Loca, ya termino el reality, deja tus estupideces de lado #PasapalabraCHV
Quizás el problema nunca fue el pituto en sí, sino quién lo ejercía. Porque al final del día, el Estado no se transformó en un espacio más transparente, más justo o más meritocrático. Solo cambió de manos. Y con ello, cambió también el tono: menos pudor, más autoindulgencia y la persistente convicción de que el poder, cuando es propio, siempre está justificado.
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A pesar de que no hay indicios de la contratación de un entrenador, Chile sigue sumando amistosos. Ya tiene encuentros agendados en marzo y septiembre.