Se llama SeaBubbles y es el primer taxi acuático del mundo. Está compuesto por dos motores eléctricos construidos con materiales biodegradables y alcanza los 30 kilómetros por hora, con una autonomía de 80 a 100 kilómetros recorridos.
Alain Thébault, fundador de la compañía, explicó que “en muchas ciudades las carreteras están colapsadas, pero las vías de agua están vacías, así que existe una oportunidad obvia: ¡queremos construir taxis de agua!”.
Para poder llevar a cabo este proyecto, los creadores lograron obtener 10,8 millones de euros en fondos de MAIF (un grupo francés de seguros), monto que será uilizado íntegramente al proyecto SeaBubbles.
Aunque aún se encuentra en fase de producción, ya que tiene claro que un inicio el taxi tendrá capacidad para transportar cinco pasajeros más un piloto, además de contemplar la posibilidad de asociarse a Uber.
Dentro de las directrices del SeaBubbles, está que no producirá olas, lo que evitará molestias a las embarcaciones turísticas o de transporte que circulen por el Sena, el Támeis o los canales de Venecia, ciudades a las que ya se ha decidido llevar el proyecto.
