Cuando se dio cuenta de que lo estaban asaltando reaccionó como siempre lo había planeado: cerró el local, activó la alarma y buscó su bate de béisbol para defenderse hasta que llegara la Policía.
Pero el asaltante se quebró en sus brazos y estalló en llanto. “Dejame ir, tengo esposa y niños”, balbuceada apoyado en una de las vitrinas del local.
Las lágrimas fueron tan emotivas que la víctima lo consoló y hasta le acercó una servilleta para que se secara el rostro. Las cámaras que capturaron todo el episodio también registraron cuando llegaron los oficiales y lo detuvieron.
“Él no tenía familia y quería gastar el dinero en drogas”, explicaron luego los voceros de la fuerza germana. Ahora el ladrón podría ser enjuiciado con hasta cinco años de prisión.
[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=8jtFWJLHiOs[/youtube]