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Síndrome de Gourmand: el trastorno que sólo nos hace pensar en comida

Se trata de una extraña alteración en el cerebro, que te podría transformar en un obsesivo crítico gastronómico, tal como sucedió en uno de los primeros casos estudiados.

Un joven llamado Kevin Pearce sufrió un grave accidente mientras practicaba snowboard en el el año 2009. Cuando despertó del coma, se pudo confirmar que había sufrido graves años cerebrales, pero además de ello comenzó a sentir unas incontrolables ganas por comer comidas con salsa pesto.

Era un gusto por el que nunca había sentido gran atracción, sin embargo, sus impulsos lo llevaron a una especie de obsesión por consumir comidas con este aderezo.

Un caso similar sufrió el paciente “RG”, quien era un asiduo competidor de maratones hasta que de un día a otro dejó el deporte. Comenzó a comprar libros de cocina y revistas gastronómicas, junto con recorrer grandes distancias en auto solo para probar algún plato en un restaurante específico. Un tiempo después un examen reveló que tenía un tumor junto a la amígdala. Luego de extirparlo, su afición por la comida desapareción.

pesto

Ambos individuos sufrieron un extraño trastorno que los neurocientíficos llaman “Síndrome de Gourmand”, que fue descubierto luego que un periodista sufriera un daño cerebral que cambió por completo su gusto por la comida, transformándola en una obsesión que se mostró desde el momento que fue hospitalizado.

Esto llamó la atención de los neuropsicólogos Theodor Landis y Marianne Regard, quienes observaron en detalle sus obsesiones gastronómicas, que finalmente hicieron que cambiara su profesión de cronista político a crítico gastronómico. 

critico

Luego de eso los especialista estudiaron 723 pacientes, con daños cerebrales, durante un periodo de 8 años, en aquel tiempo 36 individuos, un 5%, tuvieron un repentino gusto extremo por la comida.

Los resultados fueron presentados en el año 1997 en la revista Neurology, donde ocuparon por primera vez el nombre de Síndrome de Gourmand, para referirse a este trastorno ocasionado por lesiones en la área anterior derecha del cerebro.

Se trata de una zona de la corteza orbitofrontal, donde se originan la toma de decisiones, las emociones y la recompensan. Además las lesiones en esta parte del cerebro tienden a dañar  ganglios basales, que regulan la producción deserotonina. Esta regula nuestras conductas y el autocontrol,  en torno a temas como la alimentación.  De esta manera si se daña nos podríamos convertir en obsesivos críticos culinarios, tal como lo hizo el periodista de política.

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