Anja Ringgren Loven, es una mujer voluntaria de la caridad que vive en África desde hace algún tiempo. A fines de enero, se topó con el pequeño Hope, de tan solo dos años de edad, y que hace ocho meses mendigaba por las calles de la comunidad a la que pertenece.
El pequeño estaba desnutrido, demacrado, desnudo y con su vientre lleno de gusanos. ¿Se había perdido? No, su familia lo abandonó por creer que era brujo. Aunque parezca extraño, en Nigeria es habitual que a los niños se les acuse de esto y se les torture, abandone y -en algunos casos- se les asesine.
Para suerte del pequeño, Anja lo cobijó y lo llevó hasta el hospital más cercano donde fue tratado para eliminar los parásitos y recibió transfusiones de sangre para que recuperara glóbulos rojos.
La voluntaria ha utilizado su Facebook para dar cuenta de la recuperación del niño, quien actualmente ya se encuentra estable y bien alimentado.”No sé cómo describirlo con palabras. Esto es lo que hace la vida tan bella y valiosa”, escribió Ringgren en la red social.
Por otro lado, también necesitaba dinero para costear el tratamiento y, a través de diversas donaciones, logró reunir un millón de dólares, con el que “podremos, además de darle a Hope el mejor tratamiento, construir una clínica, y salvar a muchos otros niños de ser torturados”, consignó Emol.
