BioNTech podría tener en seis semanas una nueva vacuna para la cepa británica del coronavirus
Sin embargo, el director ejecutivo del laboratorio subrayó que era "muy probable" que la actual vacuna sea totalmente eficaz contra esta nueva cepa.
Por Gabriela Romo
La vacuna está autorizada para su uso en más de 45 países, incluidos Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Europea.
El laboratorio alemán BioNTech, que junto a Pfizer crearon la primera vacuna contra el coronavirus autorizada del mundo, podría tener una nueva dosis de inmunización “en seis semanas” en caso de una mutación del virus como la detectada en la cepa del Reino Unido, según indicó su director ejecutivo, Ugur Sahin.
“Técnicamente somos capaces de suministrar una nueva vacuna en seis semanas”, dijo Ugur Sahin, cofundador del laboratorio alemán.
“La virtud de la tecnología del ARN mensajero es que podemos directamente empezar a concebir una vacuna que imita fielmente a la nueva mutación”, señaló Sahin en una entrevista a Bild TV, un día después de que la Unión Europea diera el visto bueno a su vacuna.
Sin embargo, el director ejecutivo de BioNTech subrayó que era “muy probable” que la actual vacuna sea totalmente eficaz contra esta nueva cepa detectada en el Reino Unido, que es más contagiosa y hace temer un aumento exponencial de los casos en todo el mundo.
“Científicamente, es muy probable que la respuesta inmunitaria provocada por la vacuna pueda servir para esta variante del virus”, expresó el científico, fundador del laboratorio BioNTech.
Ugur Sahin señaló que las proteínas de la variante del Reino Unido son en un 99% iguales que las de las cepas predominantes y, por lo que el laboratorio BioNTech tiene “confianza científica” en que su vacuna será eficaz.
La vacuna de BioNTech, desarrollada junto con la compañía farmacéutica estadounidense Pfizer, está autorizada para su uso en más de 45 países, incluidos Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Europea.
La aparición de esta mutación ha sembrado la preocupación mundial y debido a esta situación, decenas de países del mundo suspendieron viajes por aire, mar y tierra con el Reino Unido.
