James Comey (64 años), ex director del FBI, fue acusado esta semana de obstrucción de un procedimiento del Congreso y de prestar declaración falsa. Las imputaciones están relacionadas con su papel en la investigación sobre la interferencia rusa en las elecciones presidenciales de 2016 y apuntan a declaraciones que habría hecho bajo juramento ante el Congreso.
Esta acusación marca una intensificación significativa en los esfuerzos del presidente estadounidense Donald Trump por perseguir judicialmente a antiguos adversarios políticos. “Ahora está a punto de ser responsabilizado por sus crímenes contra nuestra nación“, celebró el mandatario al conocerse la imputación a través de su plataforma Truth Social.
Comey y Trump mantienen una relación conflictiva desde que este último lo despidió abruptamente en 2017, cuando el ex director lideraba la investigación sobre los vínculos entre la campaña presidencial de Trump y funcionarios rusos.
En un video publicado en Instagram, Comey respondió a las acusaciones: “Mi familia y yo sabemos desde hace años que enfrentarse a Donald Trump tiene un precio. Pero no podríamos imaginarnos viviendo de otra manera. No viviremos de rodillas y tú tampoco deberías hacerlo”. Agregó además: “Soy inocente. Así que tengamos un juicio“.
Comey ha sido una figura polarizadora desde las elecciones de 2016. Su decisión de reabrir, a solo días de los comicios, una investigación sobre el uso de un servidor privado de correo por parte de Hillary Clinton —en base a correos encontrados en la computadora portátil del ex congresista Anthony Weiner— es vista por muchos como un hecho que influyó decisivamente en el resultado electoral, favoreciendo a Trump.
El despido por Trump y el cuestionamiento del Servicio Secreto
El despido del ex director del FBI en 2017, que mantenía el cargo desde septiembre de 2013, generó controversia desde el principio.
Aunque inicialmente la Casa Blanca aseguró que la decisión respondió a una recomendación del entonces subsecretario de Justicia Rod Rosenstein, el líder republicano admitió posteriormente que el motivo fue precisamente la investigación sobre Rusia: “Cuando decidí hacerlo, me dije: ¿Sabes? Este asunto de Rusia con Trump y Rusia es una historia inventada“, afirmó en ese momento.
Durante su testimonio ante el Congreso un mes después, Comey aseguró que las justificaciones de la Casa Blanca eran contradictorias y lo dejaron “confundido y preocupado“.
Además, sostuvo que la administración Trump mintió sobre él y que no le habían pedido explícitamente detener la investigación sobre Moscú. También reveló que filtró notas sobre sus conversaciones con Trump para impulsar el nombramiento de un fiscal especial para dirigir las pesquisas.
En mayo de 2025, Comey fue interrogado por el Servicio Secreto tras publicar en redes sociales una imagen de conchas marinas formando la frase “86 47“, lo que algunos interpretaron como una amenaza hacia Trump, el presidente número 47. El número 86 es una forma coloquial en Estados Unidos de referirse a deshacerse de algo.
Comey negó esa intención y explicó que el número 86 era una expresión culinaria que su esposa, una ex mesera, utilizada para referirse a “quitar algo del menú“.