El sábado 7 de octubre de 2023, Israel sufrió uno de los peores ataques terroristas de su historia cuando cientos de milicianos del grupo paramilitar Hamás se infiltraron en la Franja de Gaza para dañar varios objetivos como comunidades e instalaciones militares.
La ofensiva sorpresa terminó con un saldo de 1.205 muertos y 251 rehenes, dando pie a la respuesta israelí en el enclave.
Tras la masacre, el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, declaró dos objetivos de guerra: la liberación de todos los rehenes y la completa destrucción de Hamás. Dos años después, ambos no han podido cumplirse, con más de 65.000 personas muertas y más de 160.000 que han resultado heridas, de acuerdo al Ministerio de Salud de Gaza.
De los 251 rehenes, 148 han regresado a Israel con vida. De ellos, solo ocho fueron liberados por el Ejército israelí, mientras que los 140 restantes por Hamás, debido principalmente al cambio de un importante número de palestinos encarcelados en Israel.
También han regresado los cuerpos de varios rehenes muertos. No obstante, según el gobierno israelí, 47 aún siguen en manos del grupo paramilitar, pero las estimaciones indican que solo unos 20 de ellos siguen con vida.
Hamás, por su parte, sigue existiendo. Catalogado como organización terrorista por Israel, la Unión Europea y Estados Unidos, numerosos combatientes del grupo han sido asesinados en estos dos años. De acuerdo a cifras del grupo de presión judío-estadounidense, J-Street, los milicianos abatidos serían hasta 23.000.
Los ojos del mundo miran ahora al plan de 20 puntos presentado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para alcanzar la paz en Gaza. La iniciativa prevé la liberación de los rehenes restantes y el desarme de Hamás, cumpliendo las metas trazadas por Netanyahu. Con la continuación de los bombardeos y la ofensiva para tomar la Ciudad de Gaza por parte de Israel, las negociaciones para poner fin al conflicto entran en un estado crítico.