Por primera vez, China ha sobrepasado a Estados Unidos en la cuota global de descargas de modelos de Inteligencia Artificial (IA), evidenciando su influencia en el ecosistema tecnológico mundial.
El avance se atribuye a una estrategia de apertura que ha permitido a las empresas chinas posicionarse a la cabeza en la adopción de herramientas basadas en IA.
Según un estudio conjunto del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y la startup Hugging Face, citado por Financial Times, los modelos desarrollados en China —con DeepSeek y Alibaba como protagonistas— concentran actualmente el 17% de las descargas globales. Los estadounidenses, en tanto, alcanzan el 15,8%, una cifra que rompe con años de liderazgo casi incuestionable de Silicon Valley.
El contraste entre ambos países se explica en gran medida por enfoques enfrentados. Las compañías chinas han apostado por la publicación constante de modelos abiertos y accesibles para investigadores y desarrolladores, mientras que firmas estadounidenses como Meta, OpenAI o Google mantienen bajo control sus modelos más avanzados con el fin de resguardarlos y monetizarlos.
Las restricciones de chips que China solventó en su mercado de IA y preocupan a Estados Unidos
Pese a las restricciones de Washington sobre la exportación de chips de Nvidia, que les otorga herramientas más potentes a los norteamericanos, China continúa expandiéndose, un fenómeno que genera inquietud en Estados Unidos.
Los sistemas abiertos —gratuitos, modificables e integrables en productos comerciales— sirven como base para que startups y laboratorios de todo el mundo desarrollen nuevas aplicaciones. Ese nivel de influencia resulta estratégico para cualquier potencia tecnológica.
Como respuesta, la Administración Trump busca incentivar a empresas estadounidenses a invertir en alternativas de código abierto alineadas con “valores estadounidenses”, según recoge Financial Times. Al mismo tiempo, persiste la preocupación por el creciente alcance de los modelos chinos, que suelen incorporar sesgos ideológicos acordes al Partido Comunista Chino y evitar contenidos sensibles, un comportamiento que podría incidir en la información que reciben millones de usuarios.