Secciones
Mundo

Quién es Rafael Grossi: el argentino que se codea con Bachelet en la disputa por Secretaría General de la ONU

Tras años en el centro de las mayores tensiones nucleares, Grossi emerge como opción para suceder a Guterres.

Rafael Grossi, actual director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), se perfila como uno de los aspirantes más experimentados y visibles para asumir la Secretaría General de las Naciones Unidas. El argentino es uno de los candidatos que se disputaría el puesto de favorito con Michelle Bachelet y otros nombres, como la ex vicepresidenta de Costa Rica, Rebeca Grynspan.

Su candidatura no solo responde a su trayectoria en el ámbito de la energía nuclear y la diplomacia multilateral, sino también a la expectativa de que América Latina —región que nunca ha encabezado la organización— sea la próxima en ocupar el cargo bajo la tradición no escrita de rotación geográfica.

Nacido en Buenos Aires en 1961, Grossi ha construido una carrera de cuatro décadas marcada por el rigor técnico y la exposición directa en algunos de los escenarios más tensos del sistema internacional. Formado en Ciencias Políticas en la Universidad Católica Argentina y con posgrados en Relaciones Internacionales e Historia en el Graduate Institute de Ginebra, ingresó al servicio exterior en 1985.

Desde entonces, ha ocupado posiciones clave en organismos internacionales, entre ellas la jefatura de gabinete del OIEA y de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.

La carrera de Rafael Grossi en el OIEA

En 2019 se convirtió en el primer latinoamericano en dirigir el OIEA, un hito en un organismo tradicionalmente liderado por europeos y asiáticos. Su mandato lo llevó a presidir el Grupo de Proveedores Nucleares, a conducir la conferencia diplomática que dio origen a la Declaración de Viena sobre Seguridad Nuclear y a liderar la revisión del Tratado de No Proliferación en un momento de creciente tensión global.

Grossi alcanzó una notoriedad inédita durante la guerra en Ucrania, al encabezar misiones en la planta de Zaporiyia, ocupada por fuerzas rusas. Su presencia en terreno bajo fuego y su insistencia en establecer una zona de protección lo posicionaron como un interlocutor indispensable frente al riesgo nuclear.

Además debió enfrentar episodios de fuerte presión política, como las amenazas recibidas desde Irán tras denuncias del OIEA sobre actividades no declaradas. Con un estilo que combina precisión técnica y audacia diplomática, Grossi llega a esta candidatura con el respaldo de una trayectoria que lo ha convertido en uno de los funcionarios internacionales más influyentes de su generación.

Notas relacionadas








Vuélveme a querer

Vuélveme a querer

El extraño caso de Cristian Castro es, finalmente, el de un artista que perdió el centro, vagó por los bordes y regresó sin pedir permiso. No volvió a través de un hit nuevo ni de una estrategia de marketing: lo hizo mediante algo más simple y más raro -una autenticidad torpe, luminosa e irresistible, respaldada por una carrera que, vista desde hoy, nunca dejó de importar.

Foto del Columnista Mauricio Jürgensen Mauricio Jürgensen