La creciente inquietud en Europa por la postura militar de Moscú ha llevado a Francia a dar un paso inédito en décadas. Desde la base militar de Varces, el presidente Emmanuel Macron presentó un plan de servicio militar nacional voluntario que, según afirmó, busca evitar que Francia envíe “una señal de debilidad a Rusia“.
El mandatario enmarcó la iniciativa en la necesidad de fortalecer la resiliencia nacional ante un escenario de amenazas en expansión y que comenzará a operar gradualmente a partir desde el próximo verano europeo.
Se encuentra dirigido a jóvenes de 18 y 19 años que deseen realizar un servicio de diez meses. Sus actividades se desarrollarán exclusivamente en territorio francés y en los departamentos y colectividades de ultramar. Macron insistió en que el proyecto no supone el retorno de la conscripción obligatoria suspendida en 1996, sino un mecanismo para consolidar el compromiso cívico y dotar a la juventud de herramientas básicas de defensa.
El esquema prevé que 3.000 jóvenes ingresen en su fase inicial, con una expansión progresiva hasta alcanzar 10.000 voluntarios en 2030 y un objetivo de 50.000 en 2035, siempre en función de cómo evolucionen las tensiones internacionales. La selección quedará a cargo del ejército, que privilegiará la motivación y las capacidades de los postulantes identificados en la “jornada de movilización”.
El plan contempla un mes de instrucción militar elemental—incluidos ejercicios de desfile y manejo básico de armas—seguido por nueve meses de integración en unidades operativas sin participación en misiones exteriores.
Las alarmas desde Rusia que llevó a adoptar el servicio militar en Francia
La preocupación por Rusia atravesó los discursos oficiales. El recién nombrado jefe del Estado Mayor del Ejército, general Fabien Mandon, advirtió que el país debe estar preparado incluso para “aceptar perder a sus hijos” si estalla un conflicto con Moscú, y recordó los antecedentes bélicos rusos en Georgia y Ucrania.
Según explicó Mandon, el Kremlin ya se posiciona para un eventual enfrentamiento con la OTAN antes de 2030.
Macron subrayó que los voluntarios no serán enviados a Ucrania ni a zonas de combate y que solo una decisión parlamentaria “en caso excepcional” permitiría activar un reclutamiento obligatorio. Francia acompaña así una tendencia europea más amplia, con países como Alemania, Bélgica y Polonia impulsando programas de enrolamiento voluntario para fortalecer su preparación defensiva.