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Actualizado el 26 de Mayo de 2021

Creer y colaborar

Es mandatorio para quienes tienen la misión de redactar la Constitución, trabajar en conseguir consensos. Todos tenemos que sacar este proyecto adelante, construyendo acuerdos y alejándonos de dogmas y posiciones extremas que no se condicen con la sociedad armónica que debemos reconstruir entre todos.

Por Gabriela Clivio
Constitución Los resultados de la elección demuestran que ningún bloque ha conseguido la tercera parte de los votos y con esto no se pueden bloquear iniciativas. AGENCIA UNO/ARCHIVO
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Gabriela Clivio

Gabriela Clivio es Economista y founding member CFA Society Chile

Luego del resultado de las elecciones del 15 y 16 de mayo, la bolsa local abrió con una baja de un 10%. El dólar -para variar-sobrereaccionó ante un resultado para algunos inesperado y los bancos de inversión internacionales no hicieron más que alertar sobre la mayor incertidumbre que se avizoraba en el escenario local. Algunos titulares incluso hablaron del desplome de la bolsa y de pánico entre los inversionistas. Al leer los diarios y las noticias durante el día post elecciones recordé “La Alegoría de la Caverna de Platón”, el gran filósofo griego.

En esta alegoría, Platón describía una caverna en la cual se encontraba un grupo de hombres prisioneros desde su nacimiento, con cadenas que les sujetaban el cuello y las piernas y que sólo podían mirar hacia la pared del fondo de la misma, sin girar la cabeza. Detrás de ellos se encontraba un muro con un pasillo, una hoguera y, finalmente, la entrada de la cueva que daba al exterior. Por el pasillo circulaban hombres que llevaban todo tipo de objetos cuyas sombras se proyectaban en la pared que los prisioneros podían ver. Las siluetas proyectadas les permitían entonces a los prisioneros crear una supuesta realidad sin poder nunca conocer lo que en verdad sucedía a sus espaldas. La narración continuaba contando qué ocurriría si uno de estos hombres fuese liberado y obligado a volverse hacia la luz, contemplando, de esta manera, unas nuevas circunstancias, más profundas y, sin duda, más completas, dado que la primera solamente estaba compuesta por apariencias.

Así nos encontramos todos en Chile ahora. Con la tremenda posibilidad de dejar de mirar las sombras y salir a la realidad todos juntos a mirar la luz. Si hay algo que quedó claro -quizás lo único- luego de la elección de mayo, es que hemos nacido a una nueva realidad, donde las predicciones no nos pueden asustar ni condicionar el querer mirar la luz de afuera. Nada de lo que hemos visto hasta ahora se compara con lo que tenemos por delante. Tenemos ahora la tremenda posibilidad y responsabilidad de escribir una nueva Constitución entre todos, lo que sólo va a poder hacerse en conjunto y con acuerdos, siendo esto último lo más importante.

Lo que querían los bancos de inversión de otras latitudes no es posible, porque no queremos seguir mirando la pared de la caverna. No hay más lugar para las imposiciones. Llegó el momento de los acuerdos. Justamente lo que se busca es un cambio que no es sinónimo de ruptura, sino de movimiento y evolución.

Los resultados de la elección demuestran que ningún bloque ha conseguido la tercera parte de los votos y con esto no se pueden bloquear iniciativas. Es mandatorio para quienes tienen la misión de redactar la Constitución, trabajar en conseguir consensos. La tremenda votación registrada por los candidatos independientes ha dado cuenta, entre otras cosas, de la desilusión que tiene la ciudadanía con la clase política lo que, a mi juicio, a estas alturas, no debiera ser una sorpresa para nadie y menos para los bancos de inversión extranjeros.

Este año 2021, vamos a crecer cerca de un 7%. Tenemos que concentrarnos en recuperar los empleos perdidos, en fomentar el emprendimiento y darles oportunidades a las mujeres. Hay muchas cosas por hacer como para quedarnos paralizados por el miedo. Todos tenemos que sacar este proyecto adelante, construyendo acuerdos y alejándonos de dogmas y posiciones extremas que no se condicen con la sociedad armónica que debemos reconstruir entre todos.

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