Liderar una organización con presencia territorial amplia implica mirar mucho más allá de los resultados financieros. Significa entender que cada decisión repercute en comunidades reales, en barrios concretos y en la vida cotidiana de miles de personas. En el mundo inmobiliario —donde los activos se insertan directamente en la trama urbana— este desafío es aún mayor: no basta con desarrollar espacios; es necesario contribuir a que las ciudades funcionen mejor y a que sus habitantes vivan mejor.
Nuestra presencia en más de 50 comunas, desde Antofagasta hasta Puerto Montt, nos recuerda cada día que nuestros activos —centros comerciales, oficinas, bodegas, espacios logísticos— son parte del entorno cotidiano de casi cuatro millones de personas. Esa magnitud obliga a actuar con cuidado, con criterio y con la convicción de que cada proyecto puede ser un aporte urbano.
En 2024 profundizamos un trabajo que ya venía avanzando, pero que hoy asumimos con mayor ambición: la sostenibilidad es uno de nuestros ejes estratégicos como empresa y parte esencial del desarrollo inmobiliario. Esto significa modernizar nuestra operación para hacerla más eficiente en el uso de energía y agua, adoptar estándares ambientales más exigentes, e incorporar criterios de adaptación climática en la concepción de nuestros espacios. La industria inmobiliaria enfrenta desafíos importantes y nuestro compromiso es abordarlos con seriedad y con visión de largo plazo.
El trabajo en los territorios ha sido clave para ello. Hemos fortalecido nuestro modelo de relacionamiento comunitario, generando vínculos de colaboración con más de 40 juntas de vecinos y abriendo espacios de diálogo permanente con autoridades locales. Sabemos que las mejores soluciones se construyen escuchando y trabajando juntos. En esa línea, los huertos urbanos que estamos implementando en algunos de nuestros outlets, son espacios abiertos de aprendizaje y encuentro para vecinos, familias y niños. Esta iniciativa, representa una convicción central: cuando los activos se abren a la comunidad y se transforman en lugares útiles, sostenibles y bien gestionados, se fortalecen los vínculos territoriales. Grupo Patio aporta la infraestructura, la mantención y el acompañamiento; la comunidad, su energía y participación, para darle vida y sentido al espacio.
Mirando hacia adelante, nuestro propósito es claro: seguir creciendo, pero hacerlo de manera de que ese crecimiento agregue valor social y urbano. Queremos impulsar espacios que integren barrios, apoyen el comercio local, aporten seguridad y mejoren la experiencia de las personas en su vida cotidiana. En definitiva, queremos que el desarrollo inmobiliario sea un habilitador del desarrollo humano.
Nada de esto sería posible sin una cultura interna alineada con ese propósito. Un equipo comprometido, que trabaja con foco y que entiende que cada decisión cuenta, es lo que permite que la sostenibilidad deje de ser un discurso para transformarse en acciones concretas.
Ha sido un año intenso y desafiante, pero también inspirador. Y confirma que cuando se trabaja con convicción, es posible construir una empresa que crece, sí, pero que crece dejando huella.