Tras haberse postulado sin éxito en el año 2009, el nieto del general Augusto Pinochet, Rodrigo García Pinochet, oficializó hoy a través de una carta a sus adherentes sus intenciones de volver a presentar su candidatura a diputado por los distritos de Las Condes y Vitacura.
Para ello, García Pinochet debe conseguir las firmas necesarias para inscribirse como independiente, con miras a los comicios de noviembre próximo. Su base serían los más de 20 mil votantes que manifestaron su preferencia por él en las parlamentarias anteriores, consigna La Tercera.
“Volver a ser candidato a diputado en esta elección parlamentaria por Las Condes, Vitacura, y Lo Barnechea dependerá nuevamente de ustedes, no de Pablo (Longueira), ni de Carlos (Larraín) y menos de Patricio (Melero) o de Juan Antonio (Coloma). Dependerá de ustedes, quienes con sus firmas me permitirán una vez más estar en la papeleta en noviembre próximo”, reza el texto. La referencia a los personeros oficialistas alude a las gestiones de éstos para bajar su candidatura en 2009, la que era considerada como una amenaza a las posibilidades de mantener el doblaje en la zona.
La misiva no está exenta de críticas al actual gobierno. Para el nieto del dictador, en los primeros tres años de la administración de Sebastián Piñera “no sólo se han emulado las ideas de las Concertación, si no también se ha pretendido sistemáticamente satisfacer las supuestas mayoritarias emociones de la masa expresadas a través de los medios de comunicación”.
“Se ha reaccionado ante los hechos no con el respaldo y la guía de las ideas o convicciones, sino por medio de una superficial y momentánea lectura de las encuestas con el fin de obtener el presunto beneplácito ciudadano y la simpatía de los líderes de opinión, quienes hoy en nuestro país lo conforman mayoritariamente columnistas, actores y músicos de izquierda“, sostiene.
“Esta ‘nueva forma de gobernar‘ (…) ha socavado el pilar fundamental en el que toda democracia se sustenta y cuyo constante deterioro puede generar una sistemática inestabilidad. (…) El costo de todo ello ha sido un gobierno que ha erosionado significativamente el concepto de autoridad y orden – ya fuertemente vilipendiado durante 20 años- y que además ha cambiado fuertemente el eje político del país hacia la izquierda, dejando a sectores de derecha que antes eran percibidos como moderados como extremos y sectores de izquierda que antes eran extremos como moderados. Esto tal vez se vio reflejado en el fracaso que significó la elección municipal para la derecha y el importante avance que tuvo el comunismo. ¿Qué se podía esperar cuando se gobierna con banderas ajenas, se honra y enaltece a quien te odia, se abjuran los principios, y se desconocen los logros del pasado?”, finaliza.
