El obispo de la diócesis de Rancagua y Vicepresidente del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, Monseñor Alejandro Goic, esta semana designó formalmente al sacerdote Luis Escobar Torrealba, párroco de la Parroquia Santísima Trinidad, como “exorcista de la diócesis de la Santa Cruz de Rancagua”, según lo publicado por el periódico católico Portaluz.
El sacerdote señaló que “la encarnación, vida, pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo ha establecido para siempre la derrota del demonio y este ministerio que Monseñor Alejandro Goic me ha confiado, está llamado a dar testimonio de ello”.
Pero también advirtió que “este nombramiento da cuenta de una situación que está afectando a muchas personas en el país. Me refiero a quienes hoy padecen junto a sus familias la acción extraordinaria del demonio en sus vidas, y que en ausencia de sacerdotes formados y disponibles para este ministerio, buscan solución a manos de inescrupulosos –chamanes, magos, tarotistas, adivinos, brujos y semejantes- que no sólo les expolian su dinero, sino que potencian el mal espiritual que les afecta”.
Según Escobar, la actividad demoniaca en nuestro país ha aumentado, “más allá de lo que cualquiera de nosotros pudo haber esperado. Sucede que cuando la gente se aleja de la fe o, en este caso, cuando una sociedad se descristianiza no sólo aumenta la superstición, como ha ocurrido en Chile, sino que se crean las condiciones para el mal. Hoy, aunque Dios le muestra al hombre grandes signos de su poder, de su misericordia, de su amor, nuestra sociedad sigue mirando para otro lado. Sólo después que han vivido tiempo vapuleados por la acción extraordinaria del demonio –ya sea como posesión, vejación, opresión, infestación- entienden que han de retornar al Señor”.
El exorcista explicó que los signos de la presencia del demonio en nuestra sociedad se refleja en el rechazo a “los valores cristianos, como la vida, el matrimonio, la familia, los hijos. Una educación cada vez más laica, relativista, donde se promueve una moral particular que alienta al hacer cada uno lo que quiere. El aumento del consumo de drogas que destruye la vida de los jóvenes. El aumento de la violencia en familias, las calles, en nuestras ciudades. Las desigualdades tremendas que genera un modelo económico que no mira el bien común, con sus falsos profetas que aparecen anunciando una mejoría sustancial en la vida de los ciudadanos cuando ellos mismos saben que no lo van a hacer ni lo pueden hacer desde una ideología que no valora aspectos esenciales como la vida”.
El sacerdote es además gestor de proyectos educativos y capellán de cárceles, y ha realizado exorcismos durante más de ocho años, con la previa autorización de Goic.
Por su parte, a través de un comunicado, el Obispado de Rancagua aclaró que “por lo delicado de este tema, y por respeto a las personas que sufren a consecuencia de este tipo de situaciones, rogamos a la comunidad no trivializarlas ni atribuirles una relevancia ajena a la propia. Por esa misma razón, la Iglesia cuida abordarlas con la máxima prudencia”, y señaló que para profundizar en el tema puede consultarse el nuevo rito de exorcismos.