La ley laboral que empezará a regir el 1 de abril incluye una reforma esperada por muchos trabajadores: que la jornada de la semana incluya cuatro días de trabajo y tres de descanso. Aunque esto con varias excepciones: la empresa que decida junto a sus trabajadores a este nuevo régimen, podrá distribuir las 45 horas de trabajo semanales en tres días de 12 horas y uno de 9 horas, o cuatro días de 11 horas. Además solo pueden optar empresas que tengan un 30% de sus trabajadores sindicalizados.
Los gremios empresariales son escépticos sobre el impacto de esta medida. Uno de sus argumentos, recogidos por Emol, es que la sindicalización promedio en Chile es de 15% de trabajadores por empresa, por lo que muy pocos lugares de trabajo podrán cumplir con el requisito de tener al 30% de sus empleados sindicalizados. La CPC agrega que “termina convirtiéndose en una forma de administración arbitraria, que excluye de la norma a quienes no están y/o no desean integrarse a un sindicato”.
Desde el sector agrícola explicaron a El Mercurio que “en la agricultura hay ciertos períodos de mayor intensidad de las tareas, por lo que sería imposible implementar este sistema”. Ricardo Mewes, de la CNC, dice que las jornadas de 12 horas de trabajo diarias que tendrían que implementarse si es que se adoptan las jornadas de cuatro por tres.
“Hay que considerar que las personas tenemos capacidades limitadas de concentración. Al haber menos descanso, surgen riesgos de enfermedades asociadas, como también de accidentes en el trabajo, incluso fatales. Si lo que queremos es ser un país más productivo, creemos que la solución no va por esta vía“, dijo el empresario.
