El Gobierno ingresó esta semana -en un solo día- un total de 28 urgencias legislativas a los proyectos que se tramitan actualmente al interior del Congreso, de modo que alcancen a ser despachados antes de que termine la actual administración de la Presidenta Michelle Bachelet.
Este hecho, según explica El Mercurio, generó críticas transversales por parte de los parlamentarios, quienes acusaron un “frenesí legislativo” y una inconveniencia de presionar de esta manera la gestión. Inicialmente, se sabía que el Ejecutivo pondría urgencias a los proyectos de educación, pero finalmente se hizo con un amplio espectro.
Dentro de los proyectos que tienen urgencias en el Senado se encuentra el que regula el uso de plásticos desechables de un solo uso y el de las universidades del Estado -ambos con discusión inmediata-, mientras que en la Cámara tiene esa misma urgencia la modernización la legislación bancaria.
Con urgencia suma en la Cámara Alta se encuentra la nacionalidad por gracia de Yasmani Acosta, el del nuevo organismo que reemplazará a la Onemi, el que determina conductas terroristas, el Ministerio de los Pueblos Indígenas, el de educación superior y el de Servicio Nacional Forestal.
En tanto, en la Cámara cuentan con la misma urgencia los proyectos de ley general de cooperativas. Con urgencia simple aparecen el Día Nacional del Trabajador Papelero, ley de tránsito para licencia profesional e incentivo al retiro par funcionarios del Poder Judicial. En el Senado esa urgencia simple la tienen otros como la ley de infractores del tránsito, la subsecretaría de la Niñez, la Agencia de Protección de Datos Personales y el Servicio Nacional de Reinserción Juvenil.
Uno de los principales problemas estuvo radicado en el proyecto de identidad de género, que se encuentra en la comisión de Derechos Humanos de la Cámara Baja, que se encuentra con discusión inmediata (seis días de tramitación). Ayer, en todo caso, se aprobó en general el proyecto por ocho votos a favor y cuatro en contra.
