Secciones
País

Calugón Pelayo dice adiós: su creador se declaró en quiebra

A principios de 2019, con deudas por casi $430 millones, Pelayo Monroy comenzó el proceso “liquidación forzosa” en el 1° Juzgado Civil de San Miguel.

fin del calugón pelayo quiebra

Luego de 50 años, se declaró el fin del calugón Pelayo luego de que Pelayo Monroy, creador de la famosa golosina, se declarara en quiebra, no pudiendo elaborar sus tradicionales productos.

Según información de El Mercurio, la cadena de supermercados Alvi (ex D&S, actual Walmart Chile) se interesó por la caluga en 2006 y ofreció al empresario la marca “Dulces Monroy” mediante su venta a SMU. Sin embargo, el negocio se fue en picada, obligándolo a declararse en quiebra.

A principios de 2019, con deudas por casi $430 millones, comenzó el proceso “liquidación forzosa” en el 1° Juzgado Civil de San Miguel, a cargo de la abogada María Loreto Ried, proceso que ya liquidó la fábrica ubicada en La Granja, un terreno en el Fundo Las Rosas de Chiñigue en Melipilla, el mobiliario de sus oficinas en Ciudad Empresarial y una bodega en Quilicura.

Junto con el fin de calugón pelayo, 34 personas fueron despedidas, aunque se logró pagar sus sueldos, según consigna el matutino nacional. En tanto, confites “Pelayo” sigue siendo parte del portafolio de marcas propias de SMU, de Álvaro Saieh.

A agosto del presente año, 1.132 empresas en Chile han iniciado un proceso de quiebra, lo que se traduce en un aumento de un 30% si se compara con igual período de 2018, cifra confirmada por la Superintendencia de Insolvencias y Reemprendimiento (Superir),

Notas relacionadas











¿Qué votamos el domingo?

¿Qué votamos el domingo?

Kast propone menos impuestos y menos regulaciones, empleo flexible y liderazgo privado; Jara presentaba un modelo mixto con más inversión pública, empleo protegido y sectores estratégicos con fuerte presencia estatal. La elección del domingo, no se trataba solamente de una discusión técnica, sino de una elección de filosofía económica para los próximos cuatro años.

Foto del Columnista Gabriela Clivio Gabriela Clivio