Tras el shutdown —o período de silencio— que vivió el Gobierno de Estados Unidos durante la administración de Donald Trump, la actividad diplomática de ese país volvió a normalizarse a nivel global. Chile no fue la excepción. En ese contexto, este martes llega a La Moneda el embajador estadounidense Brandon Judd.
Judd fue agente de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos entre 1997 y 2023, año en que se jubiló. Además, presidió el Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza entre 2013 y 2024, “brindando asesoría a distintos gobiernos y legisladores en materias de seguridad pública, desarrollando políticas y abogando por los intereses de los funcionarios de planta. Ha testificado como experto ante el Congreso de los Estados Unidos en 19 ocasiones y es consultado con frecuencia, de manera privada, por legisladores del Capitolio”, detalla la biografía publicada por la embajada.
El embajador llegó a Chile el pasado 12 de noviembre y, antes de iniciar sus visitas oficiales, su primer recorrido fue por La Ligua, en la Región de Valparaíso. No fue una elección al azar: en los años noventa fue misionero de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en esa zona, experiencia que le permitió aprender español.
Ahora regresó al país junto a su esposa y, no exento de polémicas, Judd aterrizó esta semana en La Moneda donde le fueron recibidas sus cartas credenciales.
El improvisado estilo de Judd que incomoda a La Moneda
Judd no proviene del mundo diplomático y en sus primeros días en Chile se notó.
Una de las primeras actividades que organizó el embajador tras su arribo a territorio nacional fue una conferencia abierta a los medios. En esa instancia, Judd respondió preguntas sobre su misión en Chile, la historia que lo vincula con el país, pero también aprovechó de marcar postura respecto al Gobierno de Gabriel Boirc, ácido crítico de Donald Trump.
“Yo estuve muy desilusionado de escuchar lo que dijo el Presidente. Porque cuando él dice cosas de ese tipo ¿Qué está haciendo? Está dañando a los chilenos. Los daña en los distintos tipos de negociaciones que están hoy día teniendo lugar. Y obviamente daña el traer negocios de los Estados Unidos acá también”, fueron las palabras del embajador que sólo llevaba unos días en el país.
Esas declaraciones, sin embargo, no fueron las que generaron más ruido. Obviando el principio de no injerencia que corre en la diplomacia, Judd opinó sobre la segunda vuelta presidencial que por esos días tenían enfrentado a José Antonio Kast y Jeannette Jara.
“Hay un tipo de gobierno que nosotros sentimos que será mejor para el pueblo chileno, mejor contra la delincuencia y mejor para los negocios. Hay gobiernos que estarán ideológicamente alineados con nosotros y será más fácil trabajar con ellos”, fueron las palabras de Judd.
Sus palabras causaron desconcierto en la Cancillería liderada por Alberto Van Klaveren. Y la respuesta fue rápida: una nota de protesta contra el embajador; la más rápida en presentarse a un representante diplomático.
La nota, en todo caso, poco le importó a Judd que en su cuenta de X reafirmó el punto: “Las críticas del gobierno actual al Presidente Donald Trump tienen un costo para la relación bilateral y para el pueblo chileno”.
Pese a la distancia con el actual Gobierno, entendidos en la materia advierten que la misión de Judd apunta no a esta administración, sino a recomponer la alicaída relación Chile-Estados Unidos en el próximo mandato presidencial.
Por lo mismo no sorprendió que el embajador se reuniera tanto con Jeannette Jara como con José Antonio Kast cuando aún este último no era electo.
Desde el equipo de Kast señalan que el contacto con Judd será a través del canciller nombrado en la segunda semana de enero y que la primera tarea está enfocada en generar un canal fluido con la administración Trump.
Una agenda intensa con el mundo privado
Desde su llegada, Judd ha desplegado una agenda particularmente activa. Parte de ella ha quedado registrada en el Instagram de la Embajada de Estados Unidos, con visitas al barrio cívico de Santiago, incluida La Moneda.
Pero su itinerario no se ha limitado al ámbito institucional. También ha puesto énfasis en recomponer y fortalecer vínculos con el sector privado. El encuentro más masivo fue organizado por la Cámara Chilena Norteamericana de Comercio (AmCham Chile), donde se reunió con cerca de 200 invitados, encabezados por la presidenta de la organización, Roberta Valenca.
Entre los asistentes estuvieron Francisco Pérez-Mackeña (Quiñenco), Gonzalo Said (Parque Arauco), Charles Kimber (Arauco), Eduardo Nazal (BCI) e Iván Arriagada (Antofagasta Minerals), además de representantes de empresas como Freeport-McMoRan, Goldman Sachs, LATAM Airlines, Delta, Anglo American, Deloitte, Citigroup, Accenture, Amazon y Albemarle.
“Fue un encuentro muy especial, cercano y significativo, liderado por AmCham Chile, que reunió a grandes líderes empresariales, directores, consejeros y socios estratégicos, junto a representantes de la Embajada de Estados Unidos en Chile, marcando el inicio de un nuevo ciclo para la relación bilateral entre ambos países”, escribió Valenca en LinkedIn.
Judd también sostuvo una reunión con el empresario Nicolás Ibáñez. El fundador de la cadena de supermercados Líder encabeza la Fundación para el Progreso y es, además, el principal filántropo detrás de AthenaLab, un think tank enfocado en seguridad y gobernanza.
“Recibimos al embajador de Estados Unidos en Chile, Brandon Judd, en AthenaLab, en una instancia de conversación donde compartimos el trabajo que realizamos, nuestras áreas de estudio y principales investigaciones”, señalaron desde la organización.
La agenda del embajador ha sido ininterrumpida: asistió al encuentro Emprende Tu Mente, participó en el aniversario número 35 de McDonald’s en Chile, se reunió con ejecutivos de distintas compañías y sostuvo encuentros con la presidenta y la gerenta general de la CPC, Susana Jiménez y Carolina Agüero, respectivamente. También recibió a la presidenta de la Sofofa, Rosario Navarro.
Hace dos semanas, Judd se reunió con el fiscal regional de Antofagasta, Juan Carlos Bekios. “Se analizaron fórmulas para fortalecer la cooperación bilateral en temas de interés común”, indicó el persecutor. La visita al norte incluyó, además, recorridos por el Puerto de Antofagasta y la Asociación de Industriales de esa ciudad.
La misión seguridad
Según el sitio web de la Embajada de Estados Unidos en Chile, “el embajador Judd está comprometido con el fortalecimiento de la relación diplomática de 200 años entre Estados Unidos y Chile. Entre sus prioridades se incluyen la promoción de la seguridad, la prosperidad y los valores de su país, con un énfasis en la colaboración para frenar la inmigración ilegal, combatir las organizaciones criminales transnacionales, mejorar la seguridad fronteriza e impulsar el comercio y la inversión”.
Estados Unidos aparece, además, como un referente para los planes de control migratorio del presidente electo, José Antonio Kast. Junto con una intensa campaña en redes sociales y medios de comunicación contra la inmigración ilegal, el país norteamericano está promoviendo un programa que facilita el retorno de migrantes irregulares a sus países de origen, con apoyo y financiamiento estatal.
Se trata de una idea que Kast deslizó durante su campaña, aunque en Chile enfrenta un obstáculo evidente: las limitaciones de las arcas fiscales.
Bajo el eslogan “Oferta por tiempo limitado”, el sitio de la embajada estadounidense en Chile detalla el programa que, a través de la aplicación móvil CBP Home, ofrece apoyo financiero a extranjeros en situación irregular para regresar a sus países.
“Los extranjeros ilegales que se inscriban para autodeportarse a través de la aplicación CBP Home antes de que termine el año recibirán un estipendio de 3.000 dólares, además de un vuelo gratuito a su país. El uso de la aplicación también otorga la condonación de cualquier multa o sanción civil por no abandonar el país”, señala el comunicado de prensa difundido en español el 22 de diciembre.
La embajada agrega que “desde enero de 2025, 1,9 millones de extranjeros ilegales se han autodeportado voluntariamente y decenas de miles han utilizado el programa CBP Home”. Durante la temporada navideña, afirmó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, “los contribuyentes estadounidenses están triplicando generosamente el incentivo para que quienes se encuentran en el país de forma ilegal se marchen voluntariamente, ofreciendo una bonificación de salida de 3.000 dólares, pero solo hasta finales de año”. “Los extranjeros ilegales deberían aprovechar este regalo y autodeportarse, porque si no lo hacen, los encontraremos, los arrestaremos y nunca volverán”, añadió.