Como una victoria para la libertad de expresión fue recibido el reciente fallo de un tribunal británico que anuló la condena contra un joven que bromeó en Twitter diciendo que iba a hacer estallar un aeropuerto en el norte de Inglaterra.
En mayo, Paul Chambers recibió una multa de US$600 por publicar en Twitter que iba a volar el aeropuerto, cuando éste había sido cerrado por las fuertes nevadas.
Chambers, quien ha recibido el apoyo de un grupo de artistas británicos, entre ellos Stephen Fry, siempre ha sostenido que fue una broma y dijo que era ridículo que el caso hubiese llegado a la corte.
El asunto dio origen al hashtag #Twitterjoketrial
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