Cinco ex funcionarios de la FACh fueron detenidos luego de que, a través de un vuelo institucional desde Tarapacá a Santiago, intentaran trasladar droga. Durante esta jornada se dio a conocer que se trataba de un cargamento de ketamina, una potente droga que su abuso puede causar serios problemas a la salud.
La ketamina es un anestésico general disociativo que cuenta con propiedades tanto analgésicas como alucinógenas. En ciertos casos se utiliza como una terapia alternativa para la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático y otros trastornos de salud mental, siempre en un contexto de utilización controlada y en cuidados críticos.
Por su parte, su uso recreativo trae consigo un alto riesgo, provocando dependencia y abuso. Su efecto en el cuerpo bloquea la transmisión de señales de dolor en el cerebro, generando una sensación de desconexión con la realidad, actuando así como un anestésico disociativo.
En dosis bajas, puede provocar alucinaciones, euforia y distorsión sensorial, mientras que en cantidades mayores puede llegar a causar la pérdida de conciencia y disfunción motora. Aparte del riesgo de adicción, su abuso podría generar serios problemas cognitivos y urinarios, así como afectar negativamente la memoria y el estado de ánimo.
La ketamina se presenta como un líquido transparente o como un polvo blanco, por lo que se puede administrar de diversas maneras: por vía oral, sublingual, intravenosa, subcutánea, rectal, epidural, intranasal, o transdérmica.
Según explica la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos, la ketamina produce efectos antidepresivos entre 30 a 60 minutos, a diferencia de otros alucinógenos que duran por varias horas. Por lo mismo, suelen ser utilizados por jóvenes en discotecas y fiestas de música electrónica, haciendo uso de los estímulos que estos ofrecen.
En Chile generalmente es común verla entre consumidores de drogas sintéticas, siendo utilizado mayoritariamente para preparar tusi, conocida también como cocaína rosa.