El invierno ya está instalado y, con los sistemas frontales a la vista, hay una tarea silenciosa que se vuelve urgente: evitar que el alcantarillado colapse. Aunque parezca increíble, bajo las calles de Santiago no solo corren aguas servidas. También aparecen colchones, tarros con cemento, frascos de jarabe y hasta palos de escoba.
Solo en 2024, Aguas Andinas retiró 3.800 toneladas de residuos de su red subterránea, que supera los 11 mil kilómetros y conecta a casi 8 millones de personas en la Región Metropolitana. Objetos que nunca deberían estar allí, pero que bloquean el flujo normal y amenazan con provocar desbordes cuando llueve.

Una campaña con ritmo y conciencia
Para enfrentar este desafío, la semana pasada se lanzó la campaña “Cuidar la alcantarilla suena bien”, una alianza entre Aguas Andinas, el Ministerio de Obras Públicas y la Municipalidad de Quinta Normal. Su meta es clara: evitar que basura y residuos terminen en la red de alcantarillado, especialmente durante los temporales.
“El año pasado encontramos desde pañales y toallas húmedas hasta neumáticos y colchones. Todo eso obstruye la red y puede generar colapsos”, explica Franco Nicoletti, gerente de Distribución y Recolección de Aguas Andinas. “Nuestros equipos trabajan todo el año con tecnología pionera, pero sin la colaboración ciudadana es imposible mantener la red en óptimas condiciones”, agrega.
Y para que el mensaje llegue a toda la familia, la campaña tiene un aliado inesperado: Epidemia, el mítico personaje de “Cachureos”, que ahora canta sobre el cuidado del alcantarillado con humor y ritmo pegajoso.
“Yo era fan de la mugre, ¡lo reconozco! Pero cuando vi que sacaban neumáticos de las alcantarillas… ¡me dio cosa! Ahora prefiero la conciencia con ritmo”, bromeó el corpóreo de tez amarilla y vozarrón rasposo.
El lanzamiento se realizó en Quinta Normal, con la participación de un curso de cuarto básico del Colegio Abate Molina. Los estudiantes vivieron en terreno la experiencia de conocer cómo funciona la red que protege a la ciudad de anegamientos y, además, pudieron evidenciar que elementos insólitos son arrojados indebidamente al WC.
Un esfuerzo compartido
La ministra de Obras Públicas, Jessica López, destacó que esta cruzada busca reforzar un hábito colectivo: “El alcantarillado es una infraestructura vital para la calidad de vida en las ciudades. Su cuidado requiere el esfuerzo de todos: Estado, municipios, empresas y vecinos”.
Desde el ámbito local, la alcaldesa de Quinta Normal, Karina Delfino, valoró que la campaña responda a una necesidad concreta de los barrios: “Prevenir es clave. Cada desborde o anegamiento afecta directamente a los vecinos y vecinas”.

Además de no arrojar basura, pañales, aceite o toallas húmedas, Aguas Andinas insiste en no levantar tapas de alcantarillas para evacuar agua de lluvia, una práctica peligrosa que puede empeorar los colapsos.
Así trabaja Aguas Andinas bajo tierra
11 mil km de red subterránea conectan a la RM y llevan las aguas servidas a las biofactorías, donde se depuran al 100% y se transforman en recursos como biogás, energía y fertilizantes.
Cada año, se extraen más de 3.000 toneladas de basura de la red; en 2024 fueron 3.800 toneladas.
La compañía opera con camiones rotavarillas, jets y combinados, además de equipos de inspección acústica y televisiva que monitorean la red para prevenir emergencias.
“Una ciudad limpia también se construye bajo tierra”, resume José Sáez Albo
oz, gerente general de Aguas Andinas. “Nuestro mensaje es claro: no arrojar basura, no abrir tapas y reportar cualquier anomalía. Cada pequeño gesto cuenta para que la red funcione y la ciudad no sufra con las lluvias”.
Desde 2026, se espera triplicar los kilómetros inspeccionados con tecnología televisiva, reforzando la capacidad de reacción ante lluvias intensas.