Esto porque decidieron usar nada menos que usar lava para asar la carne, la cual a una temperatura que oscila entre los 700 y 1200 grados celsius, solo tardó un par de minutos en llegar al punto deseado.
Sin embargo, lograr este resultado no fue nada de fácil ya que la mezcla incluyó vidrió fundido, el cual solo llegó a ese estado a través de un horno industrial, que de seguro no todos podremos tener en casa.
De paso, estos parrilleros aprovecharon la ocasión para realizar un experimento, donde arrojaron un trozo de carne a la lava, donde pudieron cerciorarse que esta no se hunde en el material, sino que resbala antes de comenzar a quemarse.