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21 de Marzo de 2020

Chilenos en Alemania y Dinamarca relatan cómo se percibe la contingencia sanitaria desde los países con “mejor manejo”

Pese a que la cifra de casos confirmados de coronavirus sigue aumentando en ambos países, el número de fallecidos continúa siendo bajo en comparación al de otras naciones del viejo continente.

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Dinamarca coronavirus Alemania
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Las calles de Halle, en Alemania, están vacías. Y es que, al igual que como está pasando en Chile, los locales comerciales (con excepción de supermercados y farmacias) han bajado sus cortinas ante la expansión del coronavirus (COVID-19), enfermedad que ha cobrado la vida de más de 40 personas en el país europeo y cuyos casos confirmados superan los 16 mil.

Así, en medio del aislamiento e inserta en el teletrabajo, transcurren los días de la chilena residente en Halle, Mabel Moreno, investigadora de la Universidad SEK y quien actualmente es parte del instituto Max Planck en el marco de una iniciativa de colaboración internacional

“Empezó el brote en Munich, después en Renania. El tema es que al principio toda la gente se lo tomó como, ‘son 300 casos’. Entonces, fue como ‘hay que tener precaución con la gente que anduvo de vacaciones’, pero la gente se lo tomó un poco a la ligera”.

Sin embargo, tras decretarse Estado de Catástrofe en Halle, las reglas del juego cambiaron y así lo entendieron sus habitantes. Esto, considerando que “Alemania lo que no quiere es llegar a afrontar lo que está pasando Italia, que es elegir quién vive y quién muere”, explicó Mabel.

El problema, según relata esta chilena, es que “el coronavirus en Alemania ha coincidido con el virus estacional y con la bronquitis viral que hay comúnmente. Nosotros estamos saliendo del invierno, entonces, aquí todo el mundo ya anda tosiendo desde hace meses, por lo que se hace muy difícil identificar los síntomas del coronavirus”.

Además, “el pensamiento general es que el virus ya está en casi toda la población, y por lo tanto, uno puede presentar síntomas y solamente en el caso de que uno tenga dificultad respiratoria puede acudir a urgencias a un hospital”, agregó Moreno.

Por otro lado, y en cuanto al abastecimiento, el tema de los alimentos no se ha visto afectado en Alemania, aunque -como ha sucedido en varios lugares- parece ser que el papel higiénico se convirtió en el artículo más codiciado, siendo arrasado en los supermercados.

Lo bueno, es que la percepción acerca de cómo se ha abordado esta pandemia y sus futuras consecuencias tiene tintes positivos entre la población alemana, ya que -por un lado- “a diferencia, por ejemplo, de los españoles, al alemán le gusta irse a la cama temprano, la vida social es escasa, y por ende, tampoco fue muy difícil para la gente adoptar las reglas de aislamiento”, un aspecto esencial al momento de evitar una propagación exponencial que colapse el sistema de salud.

Y por otro, “el alemán confía mucho en sus autoridades, que acá son más preventivas”, afirmó Mabel, quien hizo énfasis en que “dentro de los países grandes que hay en Europa, Alemania lo está manejando bastante bien. Mirando las cifras, hace dos semanas atrás teníamos casi la misma cantidad de casos de coronavirus que España. La gente ha sido muy precavida, hay orden. La gente no está desesperada, hay mucha preocupación, pero todos los días, por ejemplo, hay un reporte al menos del alcalde”.

Si bien, en Alemania aún no se llega al peak infeccioso y que se prevé que sea en cuatro semanas más, se respira un cierto de aire de tranquilidad en la población, la cual ha logrado entender el importante rol que cumple cada uno de ellos en la prevención y confrontación del coronavirus.

El ejemplo danés

Daniel Castillo, quien vive en Elsinor, Dinamarca, es profesor de la Universidad de Copenhagen y académico de la Universidad SEK, además es doctorado en Microbiología, y por lo tanto, tiene bastante claro el panorama que presenta la pandemia del coronavirus.

“Desde de mi área, como microbiólogo, puedo decir que mientras se cumplan las normas de distanciamiento social, el cierre de los lugares donde se aglomeran las personas y donde hay mucho contacto entre ellas, paulatinamente van a ir aumentando los casos, pero no en dos, tres o cuatro semanas, sino que va a ser durante más tiempo. Y así el sistema público va a poder aislar estos casos durante un tiempo más largo”, explicó Daniel.

Es esta visión, precisamente, la que también comparten las autoridades de Dinamarca, las cuales -a través de diferentes medidas- han logrado frenar, hasta la fecha, el crecimiento exponencial que hubo del coronavirus en un inicio.

“Esto empezó hace un par de semanas con muy pocos casos, entre cuatro a seis casos, pero ya la semana pasada saltaron de diez casos a 200, 400, 800 en pocos días, y que es lo que se le llama el crecimiento exponencial en la pandemia. Habían muchos contagiados y el tema es que la población en Dinamarca es muy pequeña. Entonces, lo primero fue el cierre de las universidades, colegios y jardines infantiles por al menos dos semanas”, detalló Castillo.

Pero esto no terminó aquí, ya que las medidas fueron extremándose. De hecho, por ejemplo, si antes no se permitían reuniones de más de 50 personas, ahora la cifra se disminuyó a diez.

“Ellos se han tomado muy en serio el distanciamiento social. Trabajan desde sus casas, sólo salen si es esencial, todos los bares y tiendas están absolutamente cerradas, sólo abiertos los supermercados y farmacias. Esto, desde el miércoles de la semana pasada”, relató este profesor radicado hace ocho años en Dinamarca.

Y las medidas han surtido efecto, pues “desde que empezaron estas normas los casos han estado aumentando, pero no exponencialmente. La cifra de fallecidos aún es baja, son cuatro fallecidos, y más de 1.200 casos”, afirmó Daniel.

De esta manera, y tras los primeros días donde el temor se vio reflejado en la locura por comprar papel higiénico,” la gente empezó a tomar más consciencia y ahora ya hay nuevas reglas sobre cómo manejar esto en sociedad”.

En esa línea, por ejemplo, en los supermercados de Copenhagen, “si tú te llevas más de un producto sanitario, esa segunda o tercera unidad cuesta mucho dinero”, explicó.

Además, “acá en Dinamarca están muy vinculados al trabajo con los científicos, se está respondiendo a lo que recomiendan estos frente al coronavirus y eso está ayudando, se ve en los números”.

En conclusión, “en Dinamarca se están tomando las cosas con más tranquilidad ante el coronavirus. Esto porque la gente está respondiendo también a lo que el Gobierno va diciendo, y es que un factor muy importante es que la gente acá confía mucho en sus políticos”, afirmó Castillo.

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