En la costa oriental de África, el fotógrafo marino Chris Coates se enfrentó cara a cara con esta ballena jorobada, una especie que por más de 40 años ha sido considerada amenazada.
No podía creer que el cetáceo, junto a su cría, fueran directo hacia él. Las jorobadas pueden crecer hasta los 18 metros de longitud y pesar hasta 36.000 kilos. Coates apenas estuvo a 30 centímetros de distancia cuando repentinamente el espécimen movió intempestivamente su aleta, golpeando la cámara y arrojándola hacia la frente. Una situación al más puro estilo paparazzi.
La tranquilidad de la ballena y su cría fue interrumpida por el fotógrafo marino, así que el aletazo y los gruñidos, a pesar de que aún son un misterio para el hombre, seguro que pueden ser traducidos como: “¡Quita esa cosa de mi cara!”.
